Mourinho se marchó del Real Madrid entre un mar de opiniones divididas sobre sus tres años en el club blanco. Su ciclo en el equipo de Chamartín fue, cuando menos, aceptable en lo deportivo. Tres semifinales de Copa de Europa, una Copa del Rey, una Liga, y pasajes del mejor rendimiento visto en los últimos lustros en el Santiago Bernabéu. El portugués se marchó a Londres. A ocupar su lugar llegó, desde el París Saint Germain, Carlo Ancelotti.
El italiano era una apuesta diferente a Mourinho, tanto en lo futbolístico como en lo demás, pero los dos guardan en común un aspecto: Son ganadores. Saben sobrevivir en la Liga de Campeones. Cuatro Champions tiene el técnico de Reggiolo: dos como jugador, y dos como entrenador. Todas las obtuvo con el AC Milan. Tras la llegada de jugadores que refrescaban la plantilla blanca (Isco, Illarra, Carvajal), todo pintó distinto en el Madrid. De la mano de Carlo, el madridismo apunta a la décima.
El día de su presentación, Ancelotti, dejó claro qué sentía respecto al club, y declaró lo que esperaban muchos luego de ver los fichajes. Habló del estilo que quería implantar en su equipo: "Estoy muy feliz de estar aquí, en el club más prestigioso del mundo. Sé muy bien lo que es esta casa, y estoy muy feliz. Quiero dar las gracias al presidente, Florentino, y al director, porque han trabajado mucho para traerme aquí [...] El objetivo está claro. El club más prestigioso del mundo debe ganar jugando un fútbol espectacular, porque la historia y la tradición de este club es de jugar ofensivo y espectacular. Vamos a trabajar por jugar un fútbol que dé a los aficionados felicidad".
La pretemporada de los blancos invitó al optimismo. Las giras dejaron un balance global positivo. El rendimiento del partido ante el Chelsea fue el tope de lo mostrado hasta ese día. Aquel encuentro estuvo cargado de morbo por ser contra el equipo del ex entrenador. El equipo jugó de manera muy fluida con Modric iniciando las jugadas, Isco en la gestionando y desequilibrando, Marcelo en todas partes, y Cristiano letal, como siempre. Sobre el choque, y lo que este dejó, Carlo dijo: "Estamos intentando jugar buen fútbol. Pienso que el primer tiempo que hicimos fue muy bueno. Hemos tenido control del balón, hemos logrado una posesión eficaz, esta es la idea que tenemos que mejorar porque el Madrid necesita jugar un fútbol positivo y lo vamos a intentar".
Terminó fase de preparación y llegó la Liga. El Betis visitaba el Bernabéu y la expectación sobre el Madrid era total. Los de Pepe Mel pusieron en aprietos a los locales. Los problemas del equipo se hicieron manifiestos. Ancelotti valoró así el encuentro: "Desde luego tenemos que mejorar. Es normal. Creo que cualquier combinación fue buena. Hemos hecho muchas oportunidades para marcar jugando de buena combinación sobre todo en la banda. El problema fue defensivo. No hemos tenido equilibrio, no hemos trabajado bien juntos. A parte de eso, no han habido muchos problemas [...] Las dos líneas de mediocampistas y defensas han estado separadas, hemos tenido mucho espacio entre las dos líneas".
El culebrón del verano europeo fue Gareth Bale. Antes de ser oficialmente jugador blanco, la prensa preguntaba de manera insistente por el galés. Ancelotti trataba de apartar el tema. "Es una pregunta que sale todo el tiempo pero es algo de lo que no me gusta hablar. Primero porque Bale no es jugador del Madrid en este momento, y segundo, porque debo tener respeto de mis jugadores. Estamos concentrados en el partido de mañana. En este momento el mercado está muy congestionado. El fin del mercado está cerca. Llegará pronto, pero ya". Y sobre las declaraciones del 'Tata' Martino acerca del más que posible -y ya inminente- fichaje del jugador del Tottenham, Carlo contestó: Palabras que no he comprendido. Pienso que él no ha estado aquí mucho tiempo y todavía no sabe cómo funciona el mercado europeo. Esta es la manera en la funciona. Tampoco comprende cómo funciona su club, porque el Barcelona ha fichado jugadores muy importantes pagando dinero. No sé cuánto". Y luego de que por fin llegó: Gareth Bale llegó. Creo que todo el mundo conoce que no ha hecho una pretemporada normal. Más la condición física no es mala. Mañana va a viajar con el equipo, va a jugar. Seguro juega una parte del partido. No sé si al principio o el segundo tiempo [...] Está bien, tiene ilusión y está muy motivado".
Se le interrogó varias veces por la situación Diego López-Casillas. El italiano se ha mantenido firme sobre la dualidad en la portería, y ha sentenciado que Íker sería su portero de Champions. Sobre su insistencia en Diego López, tras dos jornadas de Liga ,dijo: "Diego López está jugando bien. Tiene una buena condición. Está tranquilo. Trabaja muy bien, es muy profesional. Casillas de mi parte merece respeto. Es el capitán del Real Madrid. He hablado con él antes del primer partido. Ahora quiero hablar con él en estos días. Con nosotros Íker no ha hablado de esto y no creo que vaya a salir. Por esta temporada necesitamos dos porteros.
El Madrid siguió con su curso liguero. Mostraba resultados, y realizó un buen partido contra el Athletic de Bilbao en el Bernabéu. Carlo reiteró continuamente la necesidad de mejorar. El Madrid empató a dos en El Madrigal, y el Villarreal pudo llevarse los tres puntos. Los diferentes problemas del Madrid afloraron ese encuentro. Ancelotti, sereno, declaró: No creo que fuera el peor partido. Fue bastante evidente el ritmo diferente de los dos equipos. Esto es normal porque luego de la pausa internacional todos los partidos son difíciles. Creo que la reacción después del primer gol fue buena. Hemos marcado dos, y con un poco más de atención podíamos ganar este partido, pero el resultado es justo porque el Villarreal es un buen equipo".
El fichaje de Mesut Ozil por el Arsenal tuvo como consecuencia una contraposición de veredictos total. Ancelotti zanjó el interrogatorio sin pausa de los periodistas así: "Ozil es un gran jugador. Tiene mucha calidad ofensiva de pase, filtrado. Creo que en estos dos partidos que hemos jugado sin Ozil no hemos tenido problemas de marcar goles. No me arrepiento de su salida. Le deseo suerte pero no lo necesitamos arriba porque hemos marcado muchos goles. El problema es de equilibrio. Hemos encajado mucho".
La Champions apaciguó el pesimismo ya instalado en la afición. 1-6 al Galatasaray. "Muy buen debut. El resultado dice que el partido fue fácil. No fue así. Sobre todo el primer tiempo. Hubo mucha presión. Después del primer gol de Isco es verdad que el partido fue más fácil. Pudimos utilizar más el contraataque. Cristiano y Benzema al espacio son muy peligrosos.
En liga el Madrid convenció luego su partido ante el Getafe. "En general el partido del equipo fue bueno los 90 minutos". El partidazo de Isco no pasó desapercibido para su técnico: "Creo que todo el mundo puede hablar del talento de Isco. Lo que es un poco extraño es que llegó aquí con mucha personalidad. En todos los campos muestra mucha personalidad [...] Jugar aquí no es tan fácil. Es un estadio con una grandísima historia. Los jóvenes pueden sentir esta presión. Isco es un gran talento con mucha personalidad. Tras la victoria sobre la hora contra el Elche, sí se manifestó preocupado: "Claro. No estoy contento. Necesitamos jugar diferente, hemos tenido mucho sufrimiento, sobre todo al final. No fue muy controlado el segundo tiempo. No hemos terminado de jugar. Después el gol de Ronaldo... es obvio que no estoy contento con el partido. Tenemos que jugar mejor". Las alarmas se encendieron tras el asalto del Atlético al Bernabéu: "Fue el mismo problema que hemos tenido antes. El principio del juego es lento y cuando el balón llega adelante no tenemos espacio para buscar solución. Jugar contra el Atlético de Madrid es mucho más difícil si eres así de lento".
Regresó la Copa de Europa, y el Madrid volvió a arrasar. El Copenhague se fue a su casa con cuatro goles en el saco, y los blancos jugaron funcionaron por primera vez con un único pivote fijo. En este caso, Illarramendi. Así evaluó el encuentro el míster italiano: "Creo que hemos buscado más equilibrio, el equipo estuvo más compacto, hemos intentado jugar más rápido, para la profundidad de los delanteros, y jugar por las bandas. Este equipo Copenhague es muy compacto en el centro y buscamos más espacio por fuera. Creo que lo hemos utilizado bien. El primer gol fue centro de Marcelo, el segundo fue centro de Di María. Hemos seguido la estrategia y cambiar la actitud fue bueno. [...] Hemos cambiado el sistema sobre todo para utilizar más la banda. Tener jugador más abierto".
Los dirigidos por Ancelotti volvieron a ganar al filo del tiempo. Esta vez, en el Ciutat de Valencia contra el Levante. El Madrid 'sacó la casta' a la que siempre apela. La victoria fue muy importante porque el partido fue muy difícil. Todavía más al final. No nos hemos rendido. Hemos tenido lucha, gana de lucha. Es verdad que al final no hemos jugado un fútbol fantástico, pero sobre todo el segundo tiempo hemos merecido de ganar. Y sobre los jóvenes Morata y Jesé que cuajaron un gran partido: No necesito que Morata y Jesé me convenzan porque ya tengo mucha confianza en ellos. Han demostrado mucha ilusión cuando han entrado en el campo. Lo han hecho muy bien para el equipo. Morata marcó, Jesé fue muy peligroso. La confianza es la misma de antes del partido".
Así va el Real Madrid en palabras de su técnico. Ha hecho siempre énfasis en el rendimiento colectivo del equipo, y aunque va lento, busca soluciones para una plantilla que necesita encontrarse pronto. Se aproxima el partido de Champions contra la Juventus, y el Clásico contra el Barcelona. El listón del equipo está alto, y la constelación que tienen los de Ancelotti por vestuario todavía no cuaja. Mientras tanto, habrá que observar cómo evoluciona.
Zona Medular
"El fútbol es un juego de errores, por eso siempre se puede mejorar" Johan Cruyff.
jueves, 17 de octubre de 2013
sábado, 12 de octubre de 2013
La épica de Pékerman
Colombia consumó una remontada histórica contra Chile, en su casa, frente a su gente, loca de euforia, para clasificar al Mundial de Brasil 2014. Falcao y James anotaron por Colombia. Alexis Sánchez y Arturo Vidal, por Chile. El país del café, después de 16 años, estará en el máximo certamen de fútbol del planeta.
*****
José Néstor Pékerman ha hecho de Colombia un gran equipo desde el convencimiento. Seguramente todos querrán saber qué le dijo a sus jugadores en el entretiempo para empatar un 0-3 en 45 minutos. El argentino gestó una épica. Ideó una historia para la memoria colectiva de todos los colombianos que veían el partido. Los cafeteros por fin están en el Mundial tras 16 años, y luego de un choque en el que el cuadro tricolor mostró lo que querría cualquier hincha: garra. Antes, Chile se paseó y Colombia lo miró.
El gran momento de Alexis Sánchez y de Arturo Vidal, unido al gran acierto de todo su equipo, arrasó a Colombia en su casa. Chile salió en 4-3-1-2 y alternaba con línea de tres defensores. Los de Sampaoli avanzaban con pocos pases muy precisos, y conducciones aceleradas. Era un juego muy vertical. Isla se proyectaba por todo el carril y Chile cerraba con tres atrás. Alexis bajaba a recibir y sacaba a su equipo a partir de cambios de ritmo imparables. Vidal, como siempre, se comió todo el campo. Estuvo muy agresivo siempre en toda la zona del centro. Quitaba y anticipaba, y luego hacía la pausa necesaria para salir acelerados. Iniciando la jugada la tomaba a menudo de los centrales, la soltaba hacia los interiores y ellos no amasaban la pelota. Lanzaban directo a Valdivia, Alexis o Vargas.
Colombia no presionaba en conjunto. Teófilo y Falcao no incomodaban la salida chilena y las dos líneas de cuatro estaban separadas y estáticas. Las desbordaron por completo. Los centrocampistas de Colombia -Aguilar y Sánchez- se quedaron bastante cortos sin pelota. Les faltaba intensidad, como a la mayoría de del equipo. Vidal y Valdivia salían del achique con suma facilidad y generaban la ventaja. Un Amaranto portentoso evitó que el marcador reflejara mejor lo que estaba sucediendo. Yepes llegaba tarde siempre y eso en transición defensiva es letal. Stefan Medina no estuvo bien con la pelota, y tampoco sin ella. Lo poco de Colombia con balón era un pase largo al contragolpe o un descuido de la defensa chilena, como la primera ocasión que marró Gutiérrez. No creó peligro cuando James pasó por la derecha a asociarse con Cuadrado.
Cayeron los tres goles y el Metropolitano estaba en silencio. Los rojos habían asaltado en 45 minutos un fortín en el que marcar era una quimera para todos los que iban. Los jugadores estaban destrozados anímicamente. Ahí Pékerman metió mano. Cambió el partido por completo. Arengó a los suyos e hizo dos sustituciones. Macnelly por Stefan y Guarín por Aguilar. El guión sería opuesto al de la primera parte.
Cuadrado se olvidaría de defender, y Guarín empujaría hacia arriba siempre. Macnelly le daría sentido a la posesión, porque antes el balón no circulaba bien. El ataque estático de Colombia mejoró mucho, y la transición defensiva igual, pero sobre todo, la actitud. Chile se vio desbordada por la nueva energía que inyectó el técnico argentino. Pékerman lee los partidos y toma decisiones de manera increíble. Sus segundas partes con Colombia lo demuestran, con excepción del segundo tiempo en Montevideo. Desde el 4-0 a Uruguay, Colombia ha marcado 15 goles en los segundos tiempos. José ha logrado que todos crean en él. Ha logrado contrarrestar el escepticismo de todo un país.
A partir de Guarín, Colombia no masticó las jugadas. El juego adquirió mucho frenesí. El del Inter arriesgó cada vez que vio una mínima oportunidad, y acertó. Filtraba balones hacia arriba en el momento preciso y dejaba en ventaja a sus compañeros. Sus envíos metieron a Colombia en campo chileno. Ahí aprovechó Macnelly, que se gustó con balón. James por izquierda, Macnelly por el centro, Cuadrado por derecha, Falcao arriba y Teófilo en todas partes. Lluvia de ocasiones como en otros días. Los de amarillo eran otros, y Chile lo sufrió. Pékerman remató el partido metiendo a Bacca por Sánchez. Quería ganarlo. Nadie desaprobó el movimiento. El Metropolitano iba a estallar.
Los visitantes pecaron de nervios en el área. De ahí salieron los penaltis. La tensión era máxima, y los cobros desde los once pasos agigantaron esa situación. Falcao no dudó, y acertó ambos. Colombia tiene su puesto asegurado en Brasil. Con Pékerman este grupo de jugadores ha vivido distintas situaciones -la de ayer, seguramente la más especial-, y se ha entregado por completo a él, convencidos de que podrán mejorar y competir. Falta menos de un año. Aún se barajan distintas opciones, y hay margen de mejora. Pékerman, de alguna forma, siempre buscará la solución.
sábado, 7 de septiembre de 2013
No podía esperar más
1.- Un país entero no podía esperar más. Los ambientes estaban caldeados en todo el territorio nacional. Desde ayer, decenas de vuelos se desplazaban hacia la costa. A bordo, miles de colombianos ilusionados. Llenos de una esperanza que inició hace un año, luego de endosar cuatro goles a la 'garra charrúa'. Querían ver el sueño consumado. Un grupo de jugadores, de la mano del anciano extranjero que lo cambió todo, estaban cada vez más cerca de hacer realidad un deseo latente de 16 años.
2.- La celebración se vio amenazada de retraso varias veces. Una hora antes del partido, cayó sobre el estadio un diluvio tremendo, acompañado de vientos y truenos. El césped adquirió cara de lago, y la incertidumbre negativa se posó en las tribunas. ¿Habrá partido? se preguntaban muchos. La clasificación estaba más cerca que nunca, y pensar en posponer el encuentro para el día siguiente sonaba a catástrofe. Porque más del 60% del público venía de todas partes del país, porque no se llenaría, etc. Entre todo esto, Colombia entera esperaba también a Falcao, duda desde el domingo pasado.
3.- Tras casi dos horas y media de lluvia torrencial, la terna arbitral determinó que habría juego sobre el césped del Roberto Meléndez. Calentaron los porteros de cada escuadra, y todos aguardaban por los 22 jugadores. Colombia demoró más que los visitantes en enfilar a sus hombres en el túnel. Ya completos, salieron a la cancha. Todos expresaron su alegría al ver al ariete del Principado entre los 11 amarillos.
4.- Las 66 mil personas calentaron el frío y húmedo recinto, que casi por norma debía estar ardiendo. El calor de la gente ayudó a los locales. El terreno no lo haría. El balón no correría bien. Colombia partió en su 4-4-2 habitual. Perea y Valdés como centrales. Abel y Sánchez en el centro del campo. El resto, lo de siempre. Ecuador arrancó con dos líneas de cuatro muy juntas, y dos delanteros en punta. Antonio Valencia irían Jefferson Montero a las bandas. Prometía el partido: dos estilos casi antónimos, segunda contra tercera en la clasificación.
5.- Los cafeteros mutaron su esquema al iniciar en un 4-3-3, con Abel Aguilar y Macnelly Torres de interiores, y Sánchez de mediocentro posicional por delante de la defensa. James en la izquierda, Falcao en el centro, y Teófilo en la derecha. Ecuador, replegado, tapaba la salida central de su rival, y obligaba a lanzar hacia Zúñiga. Ahí Colombia tenía un problema, pues Montero era una amenaza constante, y Juan Camilo no podía descolgarse como le gusta. 'Teo' apareció entonces como receptor de envíos largos para salir. Hacía la labor de 'pivot' de manera sobresaliente. Falcao también, pero en menor medida. Macnelly, de momento, no aparecía.
6.- La orden de Reinaldo Rueda, técnico de Ecuador, era clara. Robar, y enviar a los extremos, que en el 1x1 lo tenían poco complicado. Montero le hizo un traje a Zúñiga cada vez que tomó el balón en su zona. Armero no lo pasó tan mal con Valencia, y buen motivo de ello es que el del United se vio obligado a irse hacia adentro varias veces para generar. A partir de ahí crearon varias ocasiones. Ospina, providencial para los suyos, realizó una atajada fundamental a Noboa. La expulsión afectó mucho a los del ex entrenador de los colombianos.
7.- Colombia movía el balón de un lado a otro. Abel la mandaba hacia los costados, y Macnelly lo ayudaba, aunque lento, a conservar la posesión. Aparecería el hombre del partido: James Rodríguez. El ex del Oporto dejó toques de primera geniales, limpió las jugada, y su último pase suscitaba terror a Ecuador. Era el más diferente sobre el verde. Y en esas, llegó el gol. Sánchez anticipa, Falcao de espaldas orienta el cuerpo para pasar hacia adelante, James toca de primera con la testa, Teófilo pivotea, Falcao dispara, Banguera da rebote, y el 10 lo remata. Jugada bella; gol de pillo. La escuadra colombiana, luego, volvía paulatinamente al 4-4-2.
8.- 1-0 al descanso. Superioridad manifiesta de los de casa. Banguera había atajado varias importantes. Tuvo una buena noche, y aumentó la ansiedad de un público que quería goleada. La inferioridad numérica hizo recular más a Ecuador. Rueda mandó uno de sus mediocentros a cubrir la posición de Achilier. Estar con 10 los dejó groggy en lo que restó de primera parte, y los empujó contra su arco. Los equipos salían del túnel, y otro retraso: se apagó la mitad de las luces del estadio. Las ansias crecían como la espuma de la cerveza en las tribunas.
9-. Se reanudó el encuentro. Pékerman retiró a Abel, y dio entrada al ingrávido hiperactivo: Juan Guillermo Cuadrado. El 4 colombiano se clavó en la derecha. James permaneció en la izquierda, y Mac sería un interior de mucho recorrido vertical. Generaron. El extremo de la Fiore es insultante. Le das medio centímetro, y te saca cinco metros en carrera. Ecuador salió con las ideas más claras. Repliegue ordenado, y envío largo a Valencia, que es mucho más veloz que los centrales y el mediocentro de Colombia. Entre tanto, Ospina chocó y quedó tendido. Más y más espera. Y preocupación local, además.
10.- Valencia corría mucho, y muy rápido. Buscaba bajar melones, sandías, y lo conseguía. Tiraba del carro. Sus gestos no indicaban otra cosa. En esas, llegó el penalti. Sánchez se vio ampliamente superado en carrera, y cometió falta. Otra alerta de espera: Si Ecuador marcaba, adquiría mucha vida. Ayoví falló, y la jugada siguiente terminó en paradón de Banguera tras contragolpe comandado por James y rematado por Cuadrado. El partido adquiría un tinte frenético. Colombia poco quitaba. Su rival cabalgaba con lo que tenía.
11.- Macnelly llegaba tarde a defender. Sánchez no podía cubrir tantos metros él solo. Pékerman, consciente de ello, ingresó a Alex Mejía por el 20. El equipo del café ganó equilibrio. La intensidad bajó, pero las ocasiones de Colombia no cesaron, cortesía de James y Cuadrado. Cabezazo de Falcao detenido en la línea, balón al larguero de Teo, buscapies enviado a córner casi rematado, y así más. El tiempo transcurría y Teófilo se quedaba sin aire. José Néstor envió a Jackson al campo.
12.- Ecuador apuró en los últimos 5 minutos. Paredes, junto al ya ingresado Joao Rojas, y Antonio Valencia, obligaron a Colombia a irse hacia Ospina. Los nervios se podían tocar. El pitazo final vino acompañado de un suspiro, y luego un grito de júbilo de todos los asistentes, y los espectadores del encuentro.
y 13.- Colombia irá a Brasil en 2014. Trabajó mucho un cupo muy sufrido, que ya siente suyo, aunque todavía no sea matemático, y aunque las declaraciones sean 200% mesuradas. Ecuador no lo hizo fácil para la segunda generación dorada del país del café. Hasta el minuto 95, esperaron y esperaron. Hoy, los colombianos se acuestan a soñar la cumbia en el país de la samba. Tras 16 años, hay certeza. Viajarán a Montevideo el martes para intentar que los números certifiquen. Falcao, James, Cuadrado y Pékerman se alistan. Hay Copa del Mundo.
2.- La celebración se vio amenazada de retraso varias veces. Una hora antes del partido, cayó sobre el estadio un diluvio tremendo, acompañado de vientos y truenos. El césped adquirió cara de lago, y la incertidumbre negativa se posó en las tribunas. ¿Habrá partido? se preguntaban muchos. La clasificación estaba más cerca que nunca, y pensar en posponer el encuentro para el día siguiente sonaba a catástrofe. Porque más del 60% del público venía de todas partes del país, porque no se llenaría, etc. Entre todo esto, Colombia entera esperaba también a Falcao, duda desde el domingo pasado.
3.- Tras casi dos horas y media de lluvia torrencial, la terna arbitral determinó que habría juego sobre el césped del Roberto Meléndez. Calentaron los porteros de cada escuadra, y todos aguardaban por los 22 jugadores. Colombia demoró más que los visitantes en enfilar a sus hombres en el túnel. Ya completos, salieron a la cancha. Todos expresaron su alegría al ver al ariete del Principado entre los 11 amarillos.
4.- Las 66 mil personas calentaron el frío y húmedo recinto, que casi por norma debía estar ardiendo. El calor de la gente ayudó a los locales. El terreno no lo haría. El balón no correría bien. Colombia partió en su 4-4-2 habitual. Perea y Valdés como centrales. Abel y Sánchez en el centro del campo. El resto, lo de siempre. Ecuador arrancó con dos líneas de cuatro muy juntas, y dos delanteros en punta. Antonio Valencia irían Jefferson Montero a las bandas. Prometía el partido: dos estilos casi antónimos, segunda contra tercera en la clasificación.
5.- Los cafeteros mutaron su esquema al iniciar en un 4-3-3, con Abel Aguilar y Macnelly Torres de interiores, y Sánchez de mediocentro posicional por delante de la defensa. James en la izquierda, Falcao en el centro, y Teófilo en la derecha. Ecuador, replegado, tapaba la salida central de su rival, y obligaba a lanzar hacia Zúñiga. Ahí Colombia tenía un problema, pues Montero era una amenaza constante, y Juan Camilo no podía descolgarse como le gusta. 'Teo' apareció entonces como receptor de envíos largos para salir. Hacía la labor de 'pivot' de manera sobresaliente. Falcao también, pero en menor medida. Macnelly, de momento, no aparecía.
6.- La orden de Reinaldo Rueda, técnico de Ecuador, era clara. Robar, y enviar a los extremos, que en el 1x1 lo tenían poco complicado. Montero le hizo un traje a Zúñiga cada vez que tomó el balón en su zona. Armero no lo pasó tan mal con Valencia, y buen motivo de ello es que el del United se vio obligado a irse hacia adentro varias veces para generar. A partir de ahí crearon varias ocasiones. Ospina, providencial para los suyos, realizó una atajada fundamental a Noboa. La expulsión afectó mucho a los del ex entrenador de los colombianos.
7.- Colombia movía el balón de un lado a otro. Abel la mandaba hacia los costados, y Macnelly lo ayudaba, aunque lento, a conservar la posesión. Aparecería el hombre del partido: James Rodríguez. El ex del Oporto dejó toques de primera geniales, limpió las jugada, y su último pase suscitaba terror a Ecuador. Era el más diferente sobre el verde. Y en esas, llegó el gol. Sánchez anticipa, Falcao de espaldas orienta el cuerpo para pasar hacia adelante, James toca de primera con la testa, Teófilo pivotea, Falcao dispara, Banguera da rebote, y el 10 lo remata. Jugada bella; gol de pillo. La escuadra colombiana, luego, volvía paulatinamente al 4-4-2.
8.- 1-0 al descanso. Superioridad manifiesta de los de casa. Banguera había atajado varias importantes. Tuvo una buena noche, y aumentó la ansiedad de un público que quería goleada. La inferioridad numérica hizo recular más a Ecuador. Rueda mandó uno de sus mediocentros a cubrir la posición de Achilier. Estar con 10 los dejó groggy en lo que restó de primera parte, y los empujó contra su arco. Los equipos salían del túnel, y otro retraso: se apagó la mitad de las luces del estadio. Las ansias crecían como la espuma de la cerveza en las tribunas.
9-. Se reanudó el encuentro. Pékerman retiró a Abel, y dio entrada al ingrávido hiperactivo: Juan Guillermo Cuadrado. El 4 colombiano se clavó en la derecha. James permaneció en la izquierda, y Mac sería un interior de mucho recorrido vertical. Generaron. El extremo de la Fiore es insultante. Le das medio centímetro, y te saca cinco metros en carrera. Ecuador salió con las ideas más claras. Repliegue ordenado, y envío largo a Valencia, que es mucho más veloz que los centrales y el mediocentro de Colombia. Entre tanto, Ospina chocó y quedó tendido. Más y más espera. Y preocupación local, además.
10.- Valencia corría mucho, y muy rápido. Buscaba bajar melones, sandías, y lo conseguía. Tiraba del carro. Sus gestos no indicaban otra cosa. En esas, llegó el penalti. Sánchez se vio ampliamente superado en carrera, y cometió falta. Otra alerta de espera: Si Ecuador marcaba, adquiría mucha vida. Ayoví falló, y la jugada siguiente terminó en paradón de Banguera tras contragolpe comandado por James y rematado por Cuadrado. El partido adquiría un tinte frenético. Colombia poco quitaba. Su rival cabalgaba con lo que tenía.
11.- Macnelly llegaba tarde a defender. Sánchez no podía cubrir tantos metros él solo. Pékerman, consciente de ello, ingresó a Alex Mejía por el 20. El equipo del café ganó equilibrio. La intensidad bajó, pero las ocasiones de Colombia no cesaron, cortesía de James y Cuadrado. Cabezazo de Falcao detenido en la línea, balón al larguero de Teo, buscapies enviado a córner casi rematado, y así más. El tiempo transcurría y Teófilo se quedaba sin aire. José Néstor envió a Jackson al campo.
12.- Ecuador apuró en los últimos 5 minutos. Paredes, junto al ya ingresado Joao Rojas, y Antonio Valencia, obligaron a Colombia a irse hacia Ospina. Los nervios se podían tocar. El pitazo final vino acompañado de un suspiro, y luego un grito de júbilo de todos los asistentes, y los espectadores del encuentro.
y 13.- Colombia irá a Brasil en 2014. Trabajó mucho un cupo muy sufrido, que ya siente suyo, aunque todavía no sea matemático, y aunque las declaraciones sean 200% mesuradas. Ecuador no lo hizo fácil para la segunda generación dorada del país del café. Hasta el minuto 95, esperaron y esperaron. Hoy, los colombianos se acuestan a soñar la cumbia en el país de la samba. Tras 16 años, hay certeza. Viajarán a Montevideo el martes para intentar que los números certifiquen. Falcao, James, Cuadrado y Pékerman se alistan. Hay Copa del Mundo.
domingo, 1 de septiembre de 2013
Lo que puede ser
La última gran obra del xavismo culé fue por allá a finales del 2011, en Japón, días después de tapar bocas en el Santiago Bernabéu con tres goles. Esa temporada, Cesc había vuelto a casa. Guardiola lo había pedido. Sabía que luego de tramitar en Wembley el certificado que validaba, de forma unánime, a su Barcelona como uno de los mejores equipos de la historia -y tal vez el mejor-, aquello iría cuesta abajo. Era el punto más alto. A partir de ahí, el descender es algo normal. Es humano. Pep siempre buscó la reinvención constante. Messi falso 9, Ibra delante de Leo, extremos abiertos y Leo falso 9 súper pasador, y otras maneras de renovar. Al llegar Cesc, Pep buscó retornar al 3-4-3 con el que dominó como jugador España y Europa en los 90. No le salió. Se vació, y se fue.
Dejó un proyecto inconcluso. Y a Cesc en incógnita total. Ya pasó más de un año desde entonces. En ese año que pasó, Xavi tuvo que ser aplastado por una partida de alemanes para que todos dijéramos lo que sonaba a tabú. El 6 del Barcelona no da más. La Supercopa de hace poco lo reafirma más. A sabiendas de ello, Martino trabaja en relevarle. Fábregas, quien no ha necesitado otra cosa desde que llegó al Camp Nou que confianza y protagonismo, al fin parece tenerlo. Pero real. No aquel de 'complemento' de Messi, de 'doble falso 9', ni de 'me escoro a la izquierda y corro para Iniesta'. No. Es claro partícipe de la generación de juego, desde la posición de interior. Y, como su fútbol lo demanda, tiene licencia para moverse mucho.
En Mestalla vimos el primer partido de Martino sin Xavi. Cesc con Iniesta, escoltados por Busquets, y arriba Leo con Neymar. Pedrito, de rol oscuro, pegado a la derecha. Djukic fue muy valiente y salió a presionar arriba. Eso le costó tres goles de Messi. Le costó porque Neymar pinchaba constantemente al lateral, porque Cesc con algo de espacio la pone redonda para el gol, y porque Messi es Messi. Luego vinieron dos goles que fueron producto de dormirse en los laureles. Es la tercera fecha. Martino trabaja mucho en corregir eso. Sus gestos luego del doblete de Postiga hablan por él.
Sin Xavi, quien en sus años mozos la tocaba abajo, la llevaba, y la entregaba para el tanto, hay buscar solución. Sin la figura que por sí sola amase, hornee y entregue el pastel, es necesario que lo hagan varios. Así, Busquets, Iniesta, Cesc y Messi trabajaron mucho la pelota. La idea está en que Busi haga lo que sabe hacer, en que Iniesta no la pierda, en que Cesc la toque, se mueva y la entregue perfecta, y en que Messi colabore y pase o remate. Y a la par de todo eso, que Neymar reciba de cualquiera de los anteriores, rompa a golear, o, que si quiere, nos regale gestos tan especiales como el tacón al 10. Dos genios en una baldosa.
Lógicamente hay cosas que el Barcelona debe mejorar. Neymar debe presionar más a la hora de la pérdida, Cesc debe contenerse un poco. O que Alba no se descuelgue tanto. Messi debe alcanzar su estado de forma óptimo -que estando mal hace tres-, y lo mismo Iniesta.
La idea se torna sostenible en grandes noches. Busquets más arropado por sus laterales, todos más juntos. Hay mucho potencial de desequilibrio, que Iniesta, Neymar y Messi, por sí mismos, son lo que son. Juntos, una vez que engrasen, veremos. El Barcelona post-Xavi no aspirará a ser el de la 10-11. Pero sí a volver a competir. Y a competir con alternativas, creyendo en una idea, y recuperando cosas perdidas. Martino, de momento, va 9 de 9, y afirmó, además que "esta ha sido, de lejos, la mejor versión del Barcelona". Europa se aproxima.
Dejó un proyecto inconcluso. Y a Cesc en incógnita total. Ya pasó más de un año desde entonces. En ese año que pasó, Xavi tuvo que ser aplastado por una partida de alemanes para que todos dijéramos lo que sonaba a tabú. El 6 del Barcelona no da más. La Supercopa de hace poco lo reafirma más. A sabiendas de ello, Martino trabaja en relevarle. Fábregas, quien no ha necesitado otra cosa desde que llegó al Camp Nou que confianza y protagonismo, al fin parece tenerlo. Pero real. No aquel de 'complemento' de Messi, de 'doble falso 9', ni de 'me escoro a la izquierda y corro para Iniesta'. No. Es claro partícipe de la generación de juego, desde la posición de interior. Y, como su fútbol lo demanda, tiene licencia para moverse mucho.
En Mestalla vimos el primer partido de Martino sin Xavi. Cesc con Iniesta, escoltados por Busquets, y arriba Leo con Neymar. Pedrito, de rol oscuro, pegado a la derecha. Djukic fue muy valiente y salió a presionar arriba. Eso le costó tres goles de Messi. Le costó porque Neymar pinchaba constantemente al lateral, porque Cesc con algo de espacio la pone redonda para el gol, y porque Messi es Messi. Luego vinieron dos goles que fueron producto de dormirse en los laureles. Es la tercera fecha. Martino trabaja mucho en corregir eso. Sus gestos luego del doblete de Postiga hablan por él.
Sin Xavi, quien en sus años mozos la tocaba abajo, la llevaba, y la entregaba para el tanto, hay buscar solución. Sin la figura que por sí sola amase, hornee y entregue el pastel, es necesario que lo hagan varios. Así, Busquets, Iniesta, Cesc y Messi trabajaron mucho la pelota. La idea está en que Busi haga lo que sabe hacer, en que Iniesta no la pierda, en que Cesc la toque, se mueva y la entregue perfecta, y en que Messi colabore y pase o remate. Y a la par de todo eso, que Neymar reciba de cualquiera de los anteriores, rompa a golear, o, que si quiere, nos regale gestos tan especiales como el tacón al 10. Dos genios en una baldosa.
Lógicamente hay cosas que el Barcelona debe mejorar. Neymar debe presionar más a la hora de la pérdida, Cesc debe contenerse un poco. O que Alba no se descuelgue tanto. Messi debe alcanzar su estado de forma óptimo -que estando mal hace tres-, y lo mismo Iniesta.
La idea se torna sostenible en grandes noches. Busquets más arropado por sus laterales, todos más juntos. Hay mucho potencial de desequilibrio, que Iniesta, Neymar y Messi, por sí mismos, son lo que son. Juntos, una vez que engrasen, veremos. El Barcelona post-Xavi no aspirará a ser el de la 10-11. Pero sí a volver a competir. Y a competir con alternativas, creyendo en una idea, y recuperando cosas perdidas. Martino, de momento, va 9 de 9, y afirmó, además que "esta ha sido, de lejos, la mejor versión del Barcelona". Europa se aproxima.
lunes, 19 de agosto de 2013
Sobre el mediocampo que viene
El FC Barcelona aplastó al Levante, y exhibió, además de fútbol espectacular -de marca registrada blaugrana-, hambre, actitud, ganas y alegría. Los culés tenían ganas de arrancar. El encuentro dejó sensaciones tácticas y psicológicas muy buenas. El rendimiento individual de unos jugadores (Cesc, Alexis, Pedrito, Alves) invita al optimismo, y dio de qué hablar. Por ello, conversamos con Rafa León, conocedor especializado del juego del Barca, sobre lo que puede venir para esta temporada a distinto plazo. El diálogo dejó cosas interesantes. Ahí van:
-¿Ves a Cesc titular en Supercopa con Iniesta?
-Sinceramente, no tengo ni idea. Adriano o Jordi Alba. Xavi o Cesc, y los dos extremos entre Alexis, Pedro y Neymar. Esas son mis dudas.
-Buf, yo veo a Neymar por Pedro y a Jordi por Adriano. Eso para Supercopa. Y luego a Cesc por Xavi.
-Paciencia, hombre. De todas formas, el colectivo está funcionando mejor. Con Alves cerca, piernas frescas, y un rival no tan fuerte como el Atlético, Xavi puede rendir bien.
-Pues sí, pero no sé. Creo que somos los únicos que vemos a Iniesta por Xavi, y Cesc al lado. O por lo menos así espero que sea para cuartos de final de Copa de Europa, si es que el Barcelona llega.
-Qué va. Lo ve mucha gente.
-Yo sí lo que lo veo.
-Es que además, las otras dos piezas clave, o sea Busquets y Messi, cada vez tienen más peso en la elaboración. Los laterales más centrados y con más peso... ni siquiera hace falta que Iniesta se parezca mucho más a Xavi que a sí mismo.
-Hay que afinar, pero sí lo veo. Ayer Cesc intentó 95 pases y completó 86. Xavi 101, de hecho. Alves dio casi 90 pases, y lo mismo Busi. Leo no hizo tantos porque fue sustituido. Pero era el Levante... la idea es alcanzar esas cotas en Champions, considero.
-Lo bueno de lo de ayer (y del Santos, que fue igual) es que sí parece sostenible frente a gigantes. al contrario que el Barcelona que inició arrasando la temporada anterior.
-¿Por qué lo dices? He estado pensando en ello, pero no lo tengo tan claro. Cuéntame.
-Pues el equipo está más junto. Todos presionan. Busquets está más arropado -todos más cerca, en especial laterales-. Extremos que garantizan amplitud y profundidad. El problema puede estar más en las piezas. En ver si con Neymar en vez de Pedro, el rival sigue estando asfixiado, si Jordi Alba se coloca tan bien como Adriano, si Mascherano no sufre contra cualquiera que busque juego directo por su zona, o... si Xavi sigue siendo titular y vuelve a sufrir.
-Lo positivo es que esas cosas se trabajan... excepto por lo último, que ya hay gran debate sobre eso. Ahora ¿qué diferencia ves en el rol de Cesc de la temporada pasada y este que parece muy muy definido?
-Fundamentalmente, dos. Que al estar todos más juntos, la combinación es mejor. La distancia entre líneas es menor, el balón corre más aunque menos vertical, y claro, que ahora sí parece factible quitarle el puesto a Xavi.
-Iniesta la temporada pasada debía bajar y actuar de 'quitapresiones' cuando la cosa se ponía fea. Esta vez, con Iniesta iniciando en el centro del campo, con Cesc al lado, ¿crees que el problema se solventa en buena parte?
-Claro. El problema de que Iniesta bajara era que no había nadie arriba en el puesto que él dejaba. De ahí el atasco central. Ahora estará Neymar.
miércoles, 7 de agosto de 2013
Aires de cambio
Luka, Isco y Marcelo soplan fuerte. Generan un viento que gusta. Que contrasta futbolísticamente con el del último trienio blanco. El actual, de momento, no tiene detractores, pues a todos les encanta esa sensación fresca. Carlo abrió una ventana por la cual entra aire agradable. Propuso tomar el balón, y entregarlo a Modric y a Francisco. El croata, muy móvil, inicia desde atrás, y agita. Su cinésica, su gestualidad corporal y su pie de seda lo hacen todo estético y potente. Isco, por delante, conduce o pasa, o toca y se mueve, o todas juntas. Y cuando quiere, asiste. Marcelo se pone a la altura que quiere. Y va por dentro o por fuera. Es como si no hubiese nadie más. Sólo quiere la pelota, que con ella, es feliz. Mesut, en una parcela más bien alejada del soplo, la pide a veces, y demuestra con acciones que también está.
¿Y dónde quedó Cristiano? Cristiano, para el rival, es esa ráfaga brutal de viento que te deja sentado. Coletazo de huracán. Él no cambiará. Su pegada te deja sentado. Los demás soplan suave, agradan, y cuando Ronaldo aparece, te lleva. Hoy lo sufrió el Chelsea, comandado por aquel que lo inventó al club blue. No serían suficientes dos líneas defendiendo para robar, correr y marcar. Sí logró evidenciar una carencia que Carlo deberá tapar de sus abanicos blancos: la transición defensiva. Con Xabi y Di María, ese aspecto estaba más cubierto, pero ahora, el Real lo apuesta todo a la ofensiva. A soplar suave, y fuerte cuando sea necesario.
Pero el cambio es evidente. Proponer antes que esperar. Mover el cuero más que las piernas. La temporada es larga. Habrá momentos de desespero, y de inducción a la velocidad desbocada. Hoy, desde el inicio de la segunda mitad, hasta el tercer tanto, los blancos se vieron ansiosos, como quien quiere dejar el cigarrillo y sufre síndrome de abstinencia. El Chelsea lo tentó. Sin embargo, la propuesta es clara. Aires de cambio se avecinan por Chamartín. A menos de 10 días del inicio de La Liga, el Madrid gusta, ilusiona como pocas veces en este siglo XXI.
miércoles, 5 de junio de 2013
Carrera albiceleste y trote tricolor
Estadio Monumental de River. El escenario emociona a millones de colombianos, y hace rememorar el momento más latente de la historia del balompié cafetero. 0-5 en 1993. Argentina a repesca, Colombia catapultada hacia Estados Unidos, y en condición de favorita. Los Valderrama, Rincón, Asprilla, Valencia, etc. dibujaban una obra de arte bellísima para el museo del fútbol sudamericano, y la mejor para el de su país. Esto sucedió en el primer 'boom' del amarillo, azul y rojo.
Ahora, en la segunda explosión, propiciada por nada menos que un argentino, y varias estrellas que viven su día a día en el viejo continente, Colombia quiere sacar tajada de tierras albicelestes, custodiadas por Él. Mañana será el duelo.
El partido de este viernes antoja al amante del fútbol. La tricolor de Pékerman se medirá por primera vez, en partido oficial, a una selección históricamente gigante, la cual está en ¿por qué no? su mejor momento, desde que todos se encomendaron a Lío. Esto está ligado lógicamente al gran Messi que nunca había visto Argentina, y que lleva ya año y medio así. Este choque resultará fundamental para asegurar la clasificación a Brasil de cualquiera de los dos.
La albiceleste es favorita en toda regla. Es favorita porque a pesar de la ola de fútbol asociativo y fluido que ha mostrado Colombia, Argentina tiene a Messi. Y junto con Messi, a Higuaín, a Di María, y al 'Kun'. El partido pinta para ser un: Colombia intentando combinar en el centro, lanzar hacia afuera, y matar por dentro. Eso, con Falcao en el área, Teófilo barriendo, laterales larguísimos, y James en todas partes, está demostrado que da frutos (véase el 4-0 a Uruguay). Pero si a unos metros espera Messi para conducir a toda velocidad, sacarse tres jugadores, y pasar o disparar, la táctica colombiana no resultará tan rentable. A Messi le encanta correr. Ha encontrado esa libertad absoluta cuando viste la camiseta de su país. Ni hablar de Di María e Higuaín. Suficiente es decir que están en el Real Madrid.
Si Colombia está desorganizada en el momento de la pérdida, y no puede hacer presión sobre los lanzadores argentinos (Gago-Mascherano), el panorama para Pékerman se tornará poco favorable. En transición defensiva, la tricolor no ha demostrado estar cómoda. Edwin Valencia lleva tiempo sin jugar, motivo por el cual será suplente casi seguro. Carlos Sánchez es el candidato para acompañar a Aguilar. Ellos deberán estar pendientes de Leo en todas las fases del juego, en especial, corriendo para atrás. Messi en transición ofensiva es un coloso, y es casi un 80-20 lo suyo contra los dos centrocampistas colombianos. Una vez los supere, el astro mirará de frente a Carlos Valdés, y al otro central (¿Amaranto? ¿Aquivaldo? Yepes? ¿Zapata?). Ahí decide si regate o pase. Si es pase, espera Higuaín. Si es regate, dispara y la pegada de este monstruo es indiscutible.
Colombia deberá estar fina en el anticipo, como contra Uruguay. Ese día, Abel y Valencia tomaron cualquier balón dividido, y el equipo seguía atacando. Es arriesgado, pero es una opción. La otra, es que Colombia al contragolpe no va mal. Tiene a James y a Falcao. A estos les gusta correr. Rodríguez está en el Oporto, y el Tigre es el arma más poderosa del Cholo. Macnelly sería el lanzador. Está claro que los centrales argentinos no son Thiago Silva ni Pepe. Algo puede obtener Colombia en una transición ofensiva, pero defenderse en estático de la sociedad Ángel & Messi no es cosa de niños. Es la prueba de fuego para Colombia. Argentina querrá correr contra el trote tricolor. Veremos si Colombia intenta invertir la premisa, o efectivamente trata de seguir por la misma línea. Estadio Monumental. 7:30 p.m. hora Argentina. Dos horas menos en Colombia.
Ahora, en la segunda explosión, propiciada por nada menos que un argentino, y varias estrellas que viven su día a día en el viejo continente, Colombia quiere sacar tajada de tierras albicelestes, custodiadas por Él. Mañana será el duelo.
El partido de este viernes antoja al amante del fútbol. La tricolor de Pékerman se medirá por primera vez, en partido oficial, a una selección históricamente gigante, la cual está en ¿por qué no? su mejor momento, desde que todos se encomendaron a Lío. Esto está ligado lógicamente al gran Messi que nunca había visto Argentina, y que lleva ya año y medio así. Este choque resultará fundamental para asegurar la clasificación a Brasil de cualquiera de los dos.
La albiceleste es favorita en toda regla. Es favorita porque a pesar de la ola de fútbol asociativo y fluido que ha mostrado Colombia, Argentina tiene a Messi. Y junto con Messi, a Higuaín, a Di María, y al 'Kun'. El partido pinta para ser un: Colombia intentando combinar en el centro, lanzar hacia afuera, y matar por dentro. Eso, con Falcao en el área, Teófilo barriendo, laterales larguísimos, y James en todas partes, está demostrado que da frutos (véase el 4-0 a Uruguay). Pero si a unos metros espera Messi para conducir a toda velocidad, sacarse tres jugadores, y pasar o disparar, la táctica colombiana no resultará tan rentable. A Messi le encanta correr. Ha encontrado esa libertad absoluta cuando viste la camiseta de su país. Ni hablar de Di María e Higuaín. Suficiente es decir que están en el Real Madrid.
Si Colombia está desorganizada en el momento de la pérdida, y no puede hacer presión sobre los lanzadores argentinos (Gago-Mascherano), el panorama para Pékerman se tornará poco favorable. En transición defensiva, la tricolor no ha demostrado estar cómoda. Edwin Valencia lleva tiempo sin jugar, motivo por el cual será suplente casi seguro. Carlos Sánchez es el candidato para acompañar a Aguilar. Ellos deberán estar pendientes de Leo en todas las fases del juego, en especial, corriendo para atrás. Messi en transición ofensiva es un coloso, y es casi un 80-20 lo suyo contra los dos centrocampistas colombianos. Una vez los supere, el astro mirará de frente a Carlos Valdés, y al otro central (¿Amaranto? ¿Aquivaldo? Yepes? ¿Zapata?). Ahí decide si regate o pase. Si es pase, espera Higuaín. Si es regate, dispara y la pegada de este monstruo es indiscutible.
Colombia deberá estar fina en el anticipo, como contra Uruguay. Ese día, Abel y Valencia tomaron cualquier balón dividido, y el equipo seguía atacando. Es arriesgado, pero es una opción. La otra, es que Colombia al contragolpe no va mal. Tiene a James y a Falcao. A estos les gusta correr. Rodríguez está en el Oporto, y el Tigre es el arma más poderosa del Cholo. Macnelly sería el lanzador. Está claro que los centrales argentinos no son Thiago Silva ni Pepe. Algo puede obtener Colombia en una transición ofensiva, pero defenderse en estático de la sociedad Ángel & Messi no es cosa de niños. Es la prueba de fuego para Colombia. Argentina querrá correr contra el trote tricolor. Veremos si Colombia intenta invertir la premisa, o efectivamente trata de seguir por la misma línea. Estadio Monumental. 7:30 p.m. hora Argentina. Dos horas menos en Colombia.
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