lunes, 28 de enero de 2013

Quintero, Teo y Brasil


Si se le pregunta a cualquiera en Colombia, Sudamérica, y quizás el mundo entero del fútbol, qué es lo primero que viene a la cabeza sobre la selección 'cafetera' Sub-20, que hace pocos días clasificó al próximo mundial juvenil en Turquía, te dirá "Juan Fernando Quintero". Él es de los jugadores que cada vez escasean más en un fútbol rocoso, físico y veloz, en el que equipos como el Barcelona es vanguardista. Un trequartista hasta la médula. Un talento que pide balón y lo pasa con acierto en menos de un segundo (en corto y en largo), y con capacidad de inventiva, además. Una perla que tiene un futuro brillante. Aquel que detrás de un jugador como el Tigre, se sentiría feliz.

Hoy por hoy, Pékerman, de gran labor en una selección hambrienta de la grandeza de antaño, debería al menos cuestionarse acerca de su 4-2-2-2 teniendo un recurso como 'Juanfer', y más porque entraría en lugar de Teófilo, para pasar a un 4-2-3-1. Quintero es un '10' nato. Y con él en el equipo se tendría gran cantidad de variantes sobre el césped.

La Colombia más vertiginosa de Pékerman se vio ante Paraguay, cuando José sacó a Aldo Leao para dar entrada a un jugador tan explosivo como Cuadrado. Sustitución de impacto. Imaginar por un momento a esa selección, con Juan Fernando por Teófilo, no es difícil. El más brillante de los dragones, James Rodríguez, acompañado en la línea de mediapuntas por Quintero y Cuadrado. Da miedo de sólo pensarlo. El doble pivote estaría formado por Edwin Valencia, perfecto desde el 4-0 a Uruguay, acompañado por el 'mariscal' Abel Aguilar, quien ha mostrado un nivel superlativo en los últimos encuentros con los colores de la selección. Complementariedad ahí. Macnelly quedaría como una variante para optar por control, y reducir el vértigo del juego. Sobre Guarín, aunque esté en un punto de forma bueno en el Inter, no es tenido en cuenta por Pékerman. Es de los jugadores que dejó luego de Ecuador, así como Dorlan Pabón.

Colombia trataría mucho mejor la pelota (Si bien, ya lo hace de manera notable. La garra charrúa no fue nada contra los pies colombianos), con Juan Fernando. Teófilo, quien a pesar de marcar, marra varias ocasiones por partido, funciona como 'hombre boya' para el juego directo cuando Radamel no puede hacerlo. Más allá de eso, el hombre del Cruz Azul no da efectivos para estar sobre la gran figura de Quintero.

¿Se perdería potencial anotador? No, si lo vemos desde las diagonales de James con y sin balón. Rodríguez, al tirar una diagonal, sería opción de pase para un asistidor excelso como Juan Fernando. Cuadrado, a pesar de no tener tal capacidad tan desarrollada, también es una alternativa. Y la punta de lanza, Falcao, se daría gusto con los postres enviados por el repostero de la Sub-20, hasta quedar en verdad gordo. Otro detalle a resaltar es la asociación que pueden tener James y 'Juanfer' en la mitad, teniendo en cuenta que el primero pica hacia el interior dejando el carril para Armero.

La edad no es inconveniente. Basta con hacer memoria del Mundial Sub-20 que tuvo como sede a la mismísima Colombia. Luego de ese certamen, James dio el salto hacia la selección de mayores, y con nota. Pocos olvidarán su partido en La Paz, en el que terminó sin poder tomar una bocanada de aire. En el hipotético caso de que Colombia clasifique al mundial, Juan Fernando llegaría a Brasil con 21 años. Edad adecuada.

Son muchas las posibilidades para una misión aún por cumplir, la cual no parece ya tan imposible, y que ilumina los ojos de millones de colombianos. Juanfer llama a puerta, Teófilo se cuestiona y Brasil espera.


-Foto: El Tiempo.

miércoles, 23 de enero de 2013

El dios del fútbol


En el fútbol hay una especie de deidad. No es el 'Rey' Pelé, como cuando los monarcas tenían una supuesta investidura divina. Tampoco es Maradona, (por quien hasta se creó iglesia), mucho menos Messi, a quien todavía le falta mucho camino por recorrer. No es ningún jugador que haya pisado el césped. No es ni siquiera una persona. Es algo que está ahí.

Se habla del dios del fútbol cuando ocurren milagros, remontadas épicas, (como las del Madrid de Juanito. Vaya que sí tenían al dios del fútbol de su lado), goles espectaculares, jugadas que erizan, y esos tantos sobre la hora. Cosas capaces de hacer levantar a todos en un estadio, y de hacer estallar de euforia a millones de personas.

Es particular. Él te devuelve todo lo que le das. Tarde o temprano, pero lo hace. No hay prueba más grande que el Chelsea. Recibió una bendición el día que ese ruso tan fanático apostó por él, e inyectó dinero a sus arcas. A partir de ahí, se configuró una columna vertebral que fue más allá de todo lo que se dice de los equipos que reciben petrodólares. Cech, Terry, Lampard y Didier Drogba. De la mano de un portugués que nunca vistió de corto, capaz de arreglar cualquier cosa, ganar convenciendo y cegar multitudes, avasallaron en las islas británicas. Más allá de Inglaterra, se quedaron cortos. El ruso y el portugués no terminaron de compenetrar nunca, y esto terminó con la salida del último.

Muchos intentaron tomar las riendas de los 'blues' de Londres para buscar lo que no encontró el ibérico. Hasta seis hombres intentaron encontrar ese Santo Grial en tierras europeas tan codiciado por el dueño del aviso. Una vez, lo vieron más cerca que nunca contra unos rojos en tierras moscovitas. Pero la lluvia, que hizo resbalar a John, y un holandés de nariz grande evitaron que lo tomaran.

El año siguiente, estuvieron a un minuto de tener la oportunidad de verla otra vez, pero esta vez el dios del fútbol bajó a Stamford Bridge no para ellos, sino para Andrés, quien tuvo al dios de su lado. Pasó un tiempo y se encontraron otra vez con Iniesta, Messi y su banda, tras remontar milagrosamente a los napolitanos, y luego con Arjen, Phillip y Franck en su propio territorio. No se recuerda tal destrucción práctica de la estética del deporte como en esos tres enfrentamientos. Con resultados, pero despiadada en exceso. El dios consintió en su hacer, poniendo travesaños, postes y manos milagrosas donde iba un balón bien dirigido, y vistiendo de héroe a Drogba, quien quedará en la memoria de muchos como el único hombre capaz de ganar una Champions por sí mismo. Pero hasta ahí llegaría su obra con el Chelsea. Les dio lo que un día merecieron, y que a partir de ahí, dejarían de merecer.

Al obtener la copa, se ganaron el derecho a jugar por dos más. El tigre, de tres zarpazos en el césped de Mónaco, los mandó a casa heridos. Unos meses después, en Japón, el Corinthians aplastó su sueño de ratificar la copa que tanto buscaron. Y antes de todo esto, perdieron el choque por el escudo de la comunidad contra los Ciudadanos.

Ahora nada pinta esperanzador en el centro de Londres. La afición contra su entrenador, eliminados de la competición fetiche (y de la cual son campeones), el inminente término de la edad de la vieja guardia, una plantilla que no sabe hacia dónde ir, fichajes que parece no arreglarán algo y una proyección nula en todas las competiciones en las que aún están. Quizás el dios del fútbol vuelva por el barrio Chelsea, o quizás no. Por ahora todo huele a debacle incontrolable.

Foto: ABC.es



lunes, 14 de enero de 2013

Antología de una adaptación



*Nota: la compilación de textos se encuentra a lo largo del escrito en todos los hipervínculos. Para leer los artículos, clickear sobre lo resaltado en azul.*

No seré yo quien describa el proceso evolutivo paso a paso, en detalle, de Cesc Fábregas. Para eso están los entendidos. Lo que sí puedo hacer es una cronología de escritos sobre la adaptación del de Arenys al equipo. En pos de realizar tal cosa, me valdré de escritos de autores como Martí Perarnau, Rafael León, Abel Rojas, David León, Jorge Martínez, Rubén Uría, y por último, haré una transcripción de un fragmento del programa radial '38 ecos', en el cual Abel Rojas describe el estado actual (y dulce), de Fábregas en el colectivo, en el cual es imprescindible.

Se empezó a hablar en serio de Cesc en el verano de 2011, luego de Wembley. Él llegaría como el Guardián del Tesoro, el eslabón perdido entre Xavi y Samper, y sería el Dueño del Espacio. Una vez llegó. El primer síntoma que representaría lo que vendría después, se dio en la Supercopa de Europa, contra el Oporto. Cesc llegador. Se habló entonces de un 'doble Messi', en el primer tramo de temporada. Nadie esperaba un Cesc para golear o dar constantemente el último pase. Lo imaginaban para organizar. Pero estaba lejos de ello. Cesc parecía haber olvidado los preceptos del juego de posición tan practicado desde la Masía hasta el Camp Nou. Y eso preocupaba sobremanera. Debía reconvertirse. Tuvo noches dulces en su rol de llegador, como cuando se configuró un quinteto para clarinete en el Bernabéu, o la consumación del estado líquido del equipo en la final del Mundial de Clubes. Luego de eso, se impuso su anarquía, su lado 'gunner', su libertinaje tan de las islas británicas. "Que corran las piernas, no el balón", debía pensar.

Comenzó entonces un proceso Xavi-Cesc. Luego de eso, llegaron noches no tan lúcidas. El derbi tan fatídico en Cornellá el Prat fue un síntoma inequívoco. El gol del Barcelona esa noche, fue casualmente, de Cesc. Y así se movió el Barcelona de enero hasta mayo. Con Xavi resfriado, Cesc corriendo y Messi patrocinándole. Descontrol total. Stamford Bridge fue su calvario. La temporada terminó, y calificar el curso de Fábregas como 'malo' sonaba inadecuado. Lo que es cierto es que nadie esperaba algo tan atípico, tan contrario a las predicciones veraniegas. Se empezaron a dar veredictos. Ninguno hablaba del todo bien de Cesc o Alexis, quien tampoco rindió como se esperaba. No encontraron ecosistemas confortables.

Tito llegó al banquillo, y con él, su proyecto. El pilar de su obra sería, el por entonces ilegítimo, Cesc Fábregas. Por lo que llegó a asentarlo en el esquema. No sería más 'falso 9'. Interior, de ahora en adelante. Titular en todos los partidos de Liga excepto Zaragoza hasta su lesión (por la que se perdió Atlético y Valladolid). Las claves: El regreso del Xavi feliz, sociedad Iniesta-Alba en la izquierda, y el Messi más colectivo. Entre esos factores, Cesc ha encontrado su lugar. La banda izquierda, en constante permuta con don Andrés, es su lugar de acción, su asociación con Messi por dentro aclara todo. Sin embargo, antes de todo esto, vimos que el Barcelona de Cesc existe, que nació para ser "4",  que se pueden tener velocistas camaleónicos con él, que entendió el sistema, el juego, los preceptos. Se reconvirtió. Mérito de Tito.

Ahora ya no es el Barcelona de Cesc o el de Xavi. Es el Barcelona de todos. Un Barcelona líquido de fútbol dulce, en el que todos juegan de todo. Un Barcelona que roza la perfección, son los niños del coro. Y todo esto en buena parte, por la adaptación total de Cesc para lo que se le trajo.

"Pero Marc, Arroyo se ha dejado un nombre que yo creo que es realmente clave en todo esto, que es la pieza que está permitiendo esto en gran medida, que es la de Cesc. El tener un interior con el control técnico del Barcelona ¿no? Cesc que es un jugador que se funde bien en la dinámica de pases, pero que a su vez tiene una ocupación del terreno tan, tan amplia, porque Cesc influye en muchísimo más espacio yo diría que incluso Busquets, por supuesto que Iniesta y Xavi, pero también incluiría a Busquets. Eso te permite esto. Porque claro es que el Barcelona está desafiando un poquito la geometría natural del fútbol porque está invirtiendo ejes. Es que Iniesta es lo que digo, es que la línea de banda la está convirtiendo en la línea divisoria. Está afrontando así su juego. Iniesta no está dando asistencias definitivas por norma. Su juego no está siendo ese. Él intenta encontrar la ventaja. Dar el pase al medio al desmarcado (...) Pero a lo que voy Marc. La capacidad física de Cesc le permite estar en los dos lados, en las dos visiones, en el eje de Xavi contra portería y en el eje de Iniesta escorado. Ese Cesc influyendo por detrás de Iniesta y por detrás de Xavi al mismo tiempo y por delante de ambos, ese Cesc, ocupando tantas cosas, para mí es absoluamente clave pues si hay una diferencia fundamental de Cesc con los demás centrocampistas del Barcelona es su hiperactividad. Es un jugador que busca constantemente el movimiento, el movimiento posterior, pues como tiene dos ejes  en los que puede influir porque tiene capacidad para hacerlo, tiene mucha amplitud, tanto en vertical como en horizontal, es que él se encuentra muy cómodo. Es el gran Barcelona, este 2012/2013, este, el de los cuatro centrocampistas".

Esas son las palabras de Abel Rojas, un maestro, sobre Cesc en 38 Ecos, el programa radial del blog Ecos del Balón. Dijo Martí Perarnáu que este Barcelona está produciendo "el juego de posición más ortodoxo con la mayor verticalidad posible". Y es en gran medida por lo que está arriba: Cesc Fábregas. Ahora sí es el guardián del tesoro, y más que nunca Dueño del Espacio.

Foto: Diario AS.




martes, 8 de enero de 2013

Jugar como bloque.



Un día después de la gala del balón de oro, en la cual se anunció el 11 ideal de la FIFA en 2012, se produjo un malestar desde las islas británicas, suscitado por sectores de la prensa inglesa. La consigna del malestar era "Es increíble que no haya un solo jugador de la Premier League en esa formación".

El 11 ideal de la FIFA está conformado desde el portero hasta el centrodelantero por jugadores de la liga española. Casillas; Alves, Piqué, Ramos, Marcelo; Xavi, Xabi Alonso, Iniesta; Messi, Falcao, Cristiano. Una alineación que a simple vista, parece indestructible, pero en realidad está lejos de serlo.

En las últimas 24 horas, en Inglaterra suenan intenciones de un partido entre los 'All Stars' de la Premier League, y el 11 ideal de la FIFA (Y la BBVA). Un choque entre España e Inglaterra. Sería memorable y espectacular. Sin embargo, hasta que se produjeron esas intenciones de partido, nadie se había preguntado por el nivel competitivo del 11 ideal como bloque. Ahora que surge, se hacen revisiones, y hay señalados.

En Inglaterra tendrían la ventaja de conocer la alineación rival, y en función de esta, hacer una capaz de borrar a los ibéricos. El 11 de la BBVA tiene muchas carencias, lo cual es aprovechable para conformar un equipo de miedo.

Sobre Íker no hay debate, a pesar de que pase por horas bajas. Tal vez las peores de su carrera. Sin embargo, se le llevaría a jugar. En el eje de la zaga, Piqué, en un excelente estado de forma, brinda muchísimas garantías en defensa, y en ataque, como 'hombre de más'. Ramos está a media temporada de cumplir dos años en la demarcación de central. Ahí se desenvuelve muy bien. La pareja Ramos-Piqué se complementa y es buenísima. España demostró tal cosa.

El lastre está en los laterales. Marcelo, a pesar de brindar una salida de balón que cualquier equipo desearía, no da tranquilidad por su defensa tan caótica, y en la transición defensiva nunca ha demostrado ser un as. Dani Alves pasa por el peor momento de su carrera. Ya no es el potro de rabia y miel que solía ser. Displicente en defensa, a menudo erróneo en ataque, es el gran señalado del 11. Dos extremos de jerarquía de la Premier darían muchos dolores de cabeza por los flancos. Jordi Alba es la solución para la banda izquierda. Los grandes equipos están formados por pequeñas sociedades, y a pesar de que Marcelo-Cristiano sea brutal, Alba-Iniesta es de miedo. Véase Eurocopa. El de L'Hospitalet, en ataque es una bala, define a toda velocidad con una frialdad digna de los mejores. Asiste perfectamente, y en transición defensiva y uno contra uno es lo mejor de España por la izquierda. Se duerme tirando el fuera de juego. Su único lunar. En la derecha, están las opciones de Juanfran, Monreal, Iraola, Arbeloa, Adriano o el mismo Montoya. Esta demarcación es una incógnita.

En la mitad del campo, Xavi e Iniesta marcan el camino. Un equipo jugará como juegue su mediocampo. Y en este equipo están dos interiores con doctorado en el juego de posición. A sus espaldas debería estar el prodigio, la mente brillante del círculo central, el rey de la inteligencia posicional, el pulpo de Badia, Sergio Busquets. Sin embargo, estaría Xabi Alonso. Con esto no quiero decir que el tolosarra sea un mal jugador. Creo firmemente que es un jugador excelso, pero no posee las características para jugar con tantos metros bajo su responsabilidad. Sin escudero, Xabi baila solo, y no es lo mismo. Khedira es la mejor compañía para él, así como Busquets en la selección, pues tiene un bastón. Sin ellos, sin su apoyo, baja muchísimo su calidad. Sergio en cambio, lo entiende absolutamente todo. El Xavi-Busquets-Iniesta garantiza el estilo definido y la buena ejecución de este.

Sobre Cristiano-Falcao-Messi, una bomba en la delantera. A pesar de que haya tanta calidad en tres jugadores, debe tenerse en cuenta que la explosión de Messi se produjo cuando pasó al carril central. Lío, escorado a una banda, deja de tener la influencia tan brutal que produce en el juego. Alejarlo de Xavi e Iniesta no es una buena idea, pero en la derecha no deja de ser estratosférico.

Falcao juega en un equipo que tiene un máster en transiciones de la mano del Cholo. En ataque estático, está por verse la efectividad del Tigre, aunque hoy día, no hay mejor ariete que él. Cristiano sería la estaca parar estirar la lona y el jugador que bordea el fuera de lugar para pedirla al espacio. En eso, el portugués es letal. Con eso, y sacrificio defensivo, Cristiano se vuelve clave.

Para ganar a un equipo tan excelso como el que pueden armar los mejores futbolistas de la Premier, entre ellos Cazorla, Silva, Mata, Touré, David Luiz, Kompany, Van Persie, Bale, Baines, Fellaini, Rooney etc, es necesario jugar como un todo, como un bloque. El "todos" tiene que brillar sobre el "yo". Los bloques duros y competitivos. Y el 11 que presenta la FIFA no es un bloque, se rompería. Eso es lo último que se puede permitir un equipo.




domingo, 6 de enero de 2013

Siete, ocho, 'falso nueve', y diez.


"Cada vez que Messi marca uno de sus goles planetarios, un adjetivo se suicida, con lo que la necrológica de los adjetivos suicidados alcanza un tamaño formidable, hasta el punto de que el diccionario anda lanzando señales de socorro." Esto escribió Martí Perarnáu hace ya más de un año, luego de la final del Mundial de Clubes, segunda cumbre del Pep Team en sus cuatro años (siendo Wembley la más alta, y la primera).

El derbi contra el Espanyol no tuvo como consecuencia todos los focos y las cámaras buscando a Messi. Tampoco vimos uno de sus goles planetarios. Sin embargo, en este partido, el astro demostró como casi nunca, una particularidad que lo legitima para muchos entendidos, como el mejor jugador del mundo, pues lo completa. Messi se movió durante todo el partido de 3/4 de cancha hacia atrás. Se quedó con Xavi, por delante de Busquets, marcando el ritmo del encuentro a placer. Al hacer esto, cedió el protagonismo a un Cesc superlativo, y a un Iniesta que cada día demuestra por qué estará en Zúrich apretando sus puños,  nervioso esperando a que su nombre esté en el sobre. Ambos, funambulistas sobre el césped (Martí Perarnáu copyright). Además de a Pedrito, que se convirtió en la referencia, y pudo irse con un póker.

Busquets, quien ya lo entiende todo, partido a partido imperial, sujetó todo el equipo. Amo del círculo central. Con tal garantía a sus espaldas, Xavi y Messi se dispusieron a sentar la base de una nueva obra de arte del equipo. Hay momentos puntuales del encuentro en los que se puede comprobar esto sobre el argentino, además del mapa de acción de Lionel en el primer tiempo, que se reafirmaría en la segunda parte (vía @38ecos).

Mejores jugadas del partido (vía ESPN Deportes)

Atención al primer gol. Messi por detrás de Iniesta, Cesc y Xavi (Este último subió para sorpresa desde segunda línea). En el segundo gol, Messi dribla en 3/4 y cede a Cesc. Fábregas desborda y termina en gol de Pedro. En el gol anulado a Pedro, es Messi quien abre a banda. Y así fue todo el partido. Aquí el mapa de acción de la primera mitad.

En Zúrich estarán tres jugadores excepcionales. El mejor extremo del mundo, paradigma de garra y ganas, además de portento físico envidiable. Un mago, acróbata, ilusionista, el jugador que según muchos, es el único capaz de desparecer el cuero por segundos. Y un pequeñito, un hombre de 25 años y 1.69 de estatura , quien como viene demostrando, toca como el mejor 8. En sus inicios legitimó su desborde, como pocos 7. Golea como 9, aunque sea 'falso'. Sus 91 dianas de 2012 no dan lugar a un debate. Y de nacimiento, desde Rosario, Argentina, hasta Barcelona, España, es 10. Si gana su cuarto balón dorado mañana, escribirá otra gran página en su ya agigantada épica. Lo que ya es seguro, es que en su leyenda, está en la retina del balompié mundial como el futbolista total.