sábado, 7 de septiembre de 2013

No podía esperar más

1.- Un país entero no podía esperar más. Los ambientes estaban caldeados en todo el territorio nacional. Desde ayer, decenas de vuelos se desplazaban hacia la costa. A bordo, miles de colombianos ilusionados. Llenos de una esperanza que inició hace un año, luego de endosar cuatro goles a la 'garra charrúa'. Querían ver el sueño consumado. Un grupo de jugadores, de la mano del anciano extranjero que lo cambió todo, estaban cada vez más cerca de hacer realidad un deseo latente de 16 años.

2.- La celebración se vio amenazada de retraso varias veces. Una hora antes del partido, cayó sobre el estadio un diluvio tremendo, acompañado de vientos y truenos. El césped adquirió cara de lago, y la incertidumbre negativa se posó en las tribunas. ¿Habrá partido? se preguntaban muchos. La clasificación estaba más cerca que nunca, y pensar en posponer el encuentro para el día siguiente sonaba a catástrofe. Porque más del 60% del público venía de todas partes del país, porque no se llenaría, etc. Entre todo esto, Colombia entera esperaba también a Falcao, duda desde el domingo pasado.

3.- Tras casi dos horas y media de lluvia torrencial, la terna arbitral determinó que habría juego sobre el césped del Roberto Meléndez. Calentaron los porteros de cada escuadra, y todos aguardaban por los 22 jugadores. Colombia demoró más que los visitantes en enfilar a sus hombres en el túnel. Ya completos, salieron a la cancha. Todos expresaron su alegría al ver al ariete del Principado entre los 11 amarillos.

4.- Las 66 mil personas calentaron el frío y húmedo recinto, que casi por norma debía estar ardiendo. El calor de la gente ayudó a los locales. El terreno no lo haría. El balón no correría bien. Colombia partió en su 4-4-2 habitual. Perea y Valdés como centrales. Abel y Sánchez en el centro del campo. El resto, lo de siempre. Ecuador arrancó con dos líneas de cuatro muy juntas, y dos delanteros en punta. Antonio Valencia irían Jefferson Montero a las bandas. Prometía el partido: dos estilos casi antónimos, segunda contra tercera en la clasificación.

5.- Los cafeteros mutaron su esquema al iniciar en un 4-3-3, con Abel Aguilar y Macnelly Torres de interiores, y Sánchez de mediocentro posicional por delante de la defensa. James en la izquierda, Falcao en el centro, y Teófilo en la derecha. Ecuador, replegado, tapaba la salida central de su rival, y obligaba a lanzar hacia Zúñiga. Ahí Colombia tenía un problema, pues Montero era una amenaza constante, y Juan Camilo no podía descolgarse como le gusta. 'Teo' apareció entonces como receptor de envíos largos para salir. Hacía la labor de 'pivot' de manera sobresaliente. Falcao también, pero en menor medida. Macnelly, de momento, no aparecía.

6.- La orden de Reinaldo Rueda, técnico de Ecuador, era clara. Robar, y enviar a los extremos, que en el 1x1 lo tenían poco complicado. Montero le hizo un traje a Zúñiga cada vez que tomó el balón en su zona. Armero no lo pasó tan mal con Valencia, y buen motivo de ello es que el del United se vio obligado a irse hacia adentro varias veces para generar. A partir de ahí crearon varias ocasiones. Ospina, providencial para los suyos, realizó una atajada fundamental a Noboa. La expulsión afectó mucho a los del ex entrenador de los colombianos.

7.- Colombia movía el balón de un lado a otro. Abel la mandaba hacia los costados, y Macnelly lo ayudaba, aunque lento, a conservar la posesión. Aparecería el hombre del partido: James Rodríguez. El ex del Oporto dejó toques de primera geniales, limpió las jugada, y su último pase suscitaba terror a Ecuador. Era el más diferente sobre el verde. Y en esas, llegó el gol. Sánchez anticipa, Falcao de espaldas orienta el cuerpo para pasar hacia adelante, James toca de primera con la testa, Teófilo pivotea, Falcao dispara, Banguera da rebote, y el 10 lo remata. Jugada bella; gol de pillo. La escuadra colombiana, luego, volvía paulatinamente al 4-4-2.

8.- 1-0 al descanso. Superioridad manifiesta de los de casa. Banguera había atajado varias importantes. Tuvo una buena noche, y aumentó la ansiedad de un público que quería goleada. La inferioridad numérica hizo recular más a Ecuador. Rueda mandó uno de sus mediocentros a cubrir la posición de Achilier. Estar con 10 los dejó groggy en lo que restó de primera parte, y los empujó contra su arco. Los equipos salían del túnel, y otro retraso: se apagó la mitad de las luces del estadio. Las ansias crecían como la espuma de la cerveza  en las tribunas.

9-. Se reanudó el encuentro. Pékerman retiró a Abel, y dio entrada al ingrávido hiperactivo: Juan Guillermo Cuadrado. El 4 colombiano se clavó en la derecha. James permaneció en la izquierda, y Mac sería un interior de mucho recorrido vertical. Generaron. El extremo de la Fiore es insultante. Le das medio centímetro, y te saca cinco metros en carrera. Ecuador salió con las ideas más claras. Repliegue ordenado, y envío largo a Valencia, que es mucho más veloz que los centrales y el mediocentro de Colombia. Entre tanto, Ospina chocó y quedó tendido. Más y más espera. Y preocupación local, además.

10.- Valencia corría mucho, y muy rápido. Buscaba bajar melones, sandías, y lo conseguía. Tiraba del carro. Sus gestos no indicaban otra cosa. En esas, llegó el penalti. Sánchez se vio ampliamente superado en carrera, y cometió falta. Otra alerta de espera: Si Ecuador marcaba, adquiría mucha vida. Ayoví falló, y la jugada siguiente terminó en paradón de Banguera tras contragolpe comandado por James y rematado por Cuadrado. El partido adquiría un tinte frenético. Colombia poco quitaba. Su rival cabalgaba con lo que tenía.

11.- Macnelly llegaba tarde a defender. Sánchez no podía cubrir tantos metros él solo. Pékerman, consciente de ello, ingresó a Alex Mejía por el 20. El equipo del café ganó equilibrio. La intensidad bajó, pero las ocasiones de Colombia no cesaron, cortesía de James y Cuadrado. Cabezazo de Falcao detenido en la línea, balón al larguero de Teo, buscapies enviado a córner casi rematado, y así más. El tiempo transcurría y Teófilo se quedaba sin aire. José Néstor envió a Jackson al campo.

12.- Ecuador apuró en los últimos 5 minutos. Paredes, junto al ya ingresado Joao Rojas, y Antonio Valencia, obligaron a Colombia a irse hacia Ospina. Los nervios se podían tocar. El pitazo final vino acompañado de un suspiro, y luego un grito de júbilo de todos los asistentes, y los espectadores del encuentro.

y 13.- Colombia irá a Brasil en 2014. Trabajó mucho un cupo muy sufrido, que ya siente suyo, aunque todavía no sea matemático, y aunque las declaraciones sean 200% mesuradas. Ecuador no lo hizo fácil para la segunda generación dorada del país del café. Hasta el minuto 95, esperaron y esperaron. Hoy, los colombianos se acuestan a soñar la cumbia en el país de la samba. Tras 16 años, hay certeza. Viajarán a Montevideo el martes para intentar que los números certifiquen. Falcao, James, Cuadrado y Pékerman se alistan. Hay Copa del Mundo.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Lo que puede ser

La última gran obra del xavismo culé fue por allá a finales del 2011, en Japón, días después de tapar bocas en el Santiago Bernabéu con tres goles. Esa temporada, Cesc había vuelto a casa. Guardiola lo había pedido. Sabía que luego de tramitar en Wembley el certificado que validaba, de forma unánime, a su Barcelona como uno de los mejores equipos de la historia -y tal vez el mejor-, aquello iría cuesta abajo. Era el punto más alto. A partir de ahí, el descender es algo normal. Es humano. Pep siempre buscó la reinvención constante. Messi falso 9, Ibra delante de Leo, extremos abiertos y Leo falso 9 súper pasador, y otras maneras de renovar. Al llegar Cesc, Pep buscó retornar al 3-4-3 con el que dominó como jugador España y Europa en los 90. No le salió. Se vació, y se fue.

Dejó un proyecto inconcluso. Y a Cesc en incógnita total. Ya pasó más de un año desde entonces. En ese año que pasó, Xavi tuvo que ser aplastado por una partida de alemanes para que todos dijéramos lo que sonaba a tabú. El 6 del Barcelona no da más. La Supercopa de hace poco lo reafirma más. A sabiendas de ello, Martino trabaja en relevarle. Fábregas, quien no ha necesitado otra cosa desde que llegó al Camp Nou que confianza y protagonismo, al fin parece tenerlo. Pero real. No aquel de 'complemento' de Messi, de 'doble falso 9', ni de 'me escoro a la izquierda y corro para Iniesta'. No. Es claro partícipe de la generación de juego, desde la posición de interior. Y, como su fútbol lo demanda, tiene licencia para moverse mucho.

En Mestalla vimos el primer partido de Martino sin Xavi. Cesc con Iniesta, escoltados por Busquets, y arriba Leo con Neymar. Pedrito, de rol oscuro, pegado a la derecha. Djukic fue muy valiente y salió a presionar arriba. Eso le costó tres goles de Messi. Le costó porque Neymar pinchaba constantemente al lateral, porque Cesc con algo de espacio la pone redonda para el gol, y porque Messi es Messi. Luego vinieron dos goles que fueron producto de dormirse en los laureles. Es la tercera fecha. Martino trabaja mucho en corregir eso. Sus gestos luego del doblete de Postiga hablan por él.

Sin Xavi, quien en sus años mozos la tocaba abajo, la llevaba, y la entregaba para el tanto, hay buscar solución. Sin la figura que por sí sola amase, hornee y entregue el pastel, es necesario que lo hagan varios. Así, Busquets, Iniesta, Cesc y Messi trabajaron mucho la pelota. La idea está en que Busi haga lo que sabe hacer, en que Iniesta no la pierda, en que Cesc la toque, se mueva y la entregue perfecta, y en que Messi colabore y pase o remate. Y a la par de todo eso, que Neymar reciba de cualquiera de los anteriores, rompa a golear, o, que si quiere, nos regale gestos tan especiales como el tacón al 10. Dos genios en una baldosa.

Lógicamente hay cosas que el Barcelona debe mejorar. Neymar debe presionar más a la hora de la pérdida, Cesc debe contenerse un poco. O que Alba no se descuelgue tanto. Messi debe alcanzar su estado de forma óptimo -que estando mal hace tres-, y lo mismo Iniesta.

La idea se torna sostenible en grandes noches. Busquets más arropado por sus laterales, todos más juntos. Hay mucho potencial de desequilibrio, que Iniesta, Neymar y Messi, por sí mismos, son lo que son. Juntos, una vez que engrasen, veremos. El Barcelona post-Xavi no aspirará a ser el de la 10-11. Pero sí a volver a competir. Y a competir con alternativas, creyendo en una idea, y recuperando cosas perdidas. Martino, de momento, va 9 de 9, y afirmó, además que "esta ha sido, de lejos, la mejor versión del Barcelona". Europa se aproxima.

lunes, 19 de agosto de 2013

Sobre el mediocampo que viene



El FC Barcelona aplastó al Levante, y exhibió, además de fútbol espectacular -de marca registrada blaugrana-, hambre, actitud, ganas y alegría. Los culés tenían ganas de arrancar. El encuentro dejó sensaciones tácticas y psicológicas muy buenas. El rendimiento individual de unos jugadores (Cesc, Alexis, Pedrito, Alves) invita al optimismo, y dio de qué hablar. Por ello, conversamos con Rafa León, conocedor especializado del juego del Barca, sobre lo que puede venir para esta temporada a distinto plazo. El diálogo dejó cosas interesantes. Ahí van:

-¿Ves a Cesc titular en Supercopa con Iniesta?

-Sinceramente, no tengo ni idea. Adriano o Jordi Alba. Xavi o Cesc, y los dos extremos entre Alexis, Pedro y Neymar. Esas son mis dudas.

-Buf, yo veo a Neymar por Pedro y a Jordi por Adriano. Eso para Supercopa. Y luego a Cesc por Xavi.

-Paciencia, hombre. De todas formas, el colectivo está funcionando mejor. Con Alves cerca, piernas frescas, y un rival no tan fuerte como el Atlético, Xavi puede rendir bien.

-Pues sí, pero no sé. Creo que somos los únicos que vemos a Iniesta por Xavi, y Cesc al lado. O por lo menos así espero que sea para cuartos de final de Copa de Europa, si es que el Barcelona llega.

-Qué va. Lo ve mucha gente.

-Yo sí lo que lo veo.

-Es que además, las otras dos piezas clave, o sea Busquets y Messi, cada vez tienen más peso en la elaboración. Los laterales más centrados y con más peso... ni siquiera hace falta que Iniesta se parezca mucho más a Xavi que a sí mismo.

-Hay que afinar, pero sí lo veo. Ayer Cesc intentó 95 pases y completó 86. Xavi 101, de hecho. Alves dio casi 90 pases, y lo mismo Busi. Leo no hizo tantos porque fue sustituido. Pero era el Levante... la idea es alcanzar esas cotas en Champions, considero.

-Lo bueno de lo de ayer (y del Santos, que fue igual) es que sí parece sostenible frente a gigantes. al contrario que el Barcelona que inició arrasando la temporada anterior.

-¿Por qué lo dices? He estado pensando en ello, pero no lo tengo tan claro. Cuéntame.

-Pues el equipo está más junto. Todos presionan. Busquets está más arropado -todos más cerca, en especial laterales-. Extremos que garantizan amplitud y profundidad. El problema puede estar más en las piezas. En ver si con Neymar en vez de Pedro, el rival sigue estando asfixiado, si Jordi Alba se coloca tan bien como Adriano, si Mascherano no sufre contra cualquiera que busque juego directo por su zona, o... si Xavi sigue siendo titular y vuelve a sufrir.

-Lo positivo es que esas cosas se trabajan... excepto por lo último, que ya hay gran debate sobre eso. Ahora ¿qué diferencia ves en el rol de Cesc de la temporada pasada y este que parece muy muy definido?

-Fundamentalmente, dos. Que al estar todos más juntos, la combinación es mejor. La distancia entre líneas es menor, el balón corre más aunque menos vertical, y claro, que ahora sí parece factible quitarle el puesto a Xavi.

-Iniesta la temporada pasada debía bajar y actuar de 'quitapresiones' cuando la cosa se ponía fea. Esta vez, con Iniesta iniciando en el centro del campo, con Cesc al lado, ¿crees que el problema se solventa en buena parte?

-Claro. El problema de que Iniesta bajara era que no había nadie arriba en el puesto que él dejaba. De ahí el atasco central. Ahora estará Neymar.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Aires de cambio

Luka, Isco y Marcelo soplan fuerte. Generan un viento que gusta. Que contrasta futbolísticamente con el del último trienio blanco. El actual, de momento, no tiene detractores, pues a todos les encanta esa sensación fresca. Carlo abrió una ventana por la cual entra aire agradable. Propuso tomar el balón, y entregarlo a Modric y a Francisco. El croata, muy móvil, inicia desde atrás, y agita. Su cinésica, su gestualidad corporal y su pie de seda lo hacen todo estético y potente. Isco, por delante, conduce o pasa, o toca y se mueve, o todas juntas. Y cuando quiere, asiste. Marcelo se pone a la altura que quiere. Y va por dentro o por fuera. Es como si no hubiese nadie más. Sólo quiere la pelota, que con ella, es feliz. Mesut, en una parcela más bien alejada del soplo, la pide a veces, y demuestra con acciones que también está.

¿Y dónde quedó Cristiano? Cristiano, para el rival, es esa ráfaga brutal de viento que te deja sentado. Coletazo de huracán. Él no cambiará. Su pegada te deja sentado. Los demás soplan suave, agradan, y cuando Ronaldo aparece, te lleva. Hoy lo sufrió el Chelsea, comandado por aquel que lo inventó al club blue. No serían suficientes dos líneas defendiendo para robar, correr y marcar. Sí logró evidenciar una carencia que Carlo deberá tapar de sus abanicos blancos: la transición defensiva. Con Xabi y Di María, ese aspecto estaba más cubierto, pero ahora, el Real lo apuesta todo a la ofensiva. A soplar suave, y fuerte cuando sea necesario.

Pero el cambio es evidente. Proponer antes que esperar. Mover el cuero más que las piernas. La temporada es larga. Habrá momentos de desespero, y de inducción a la velocidad desbocada. Hoy, desde el inicio de la segunda mitad, hasta el tercer tanto, los blancos se vieron ansiosos, como quien quiere dejar el cigarrillo y sufre síndrome de abstinencia. El Chelsea lo tentó. Sin embargo, la propuesta es clara. Aires de cambio se avecinan por Chamartín. A menos de 10 días del inicio de La Liga, el Madrid gusta, ilusiona como pocas veces en este siglo XXI.

miércoles, 5 de junio de 2013

Carrera albiceleste y trote tricolor

Estadio Monumental de River. El escenario emociona a millones de colombianos, y hace rememorar el momento más latente de la historia del balompié cafetero. 0-5 en 1993. Argentina a repesca, Colombia catapultada hacia Estados Unidos, y en condición de favorita. Los Valderrama, Rincón, Asprilla, Valencia, etc. dibujaban una obra de arte bellísima para el museo del fútbol sudamericano, y la mejor para el de su país. Esto sucedió en el primer 'boom' del amarillo, azul y rojo.

Ahora, en la segunda explosión, propiciada por nada menos que un argentino, y varias estrellas que viven su día a día en el viejo continente, Colombia quiere sacar tajada de tierras albicelestes, custodiadas por Él. Mañana será el duelo.

El partido de este viernes antoja al amante del fútbol. La tricolor de Pékerman se medirá por primera vez, en partido oficial, a una selección históricamente gigante, la cual está en ¿por qué no? su mejor momento, desde que todos se encomendaron a Lío. Esto está ligado lógicamente al gran Messi que nunca había visto Argentina, y que lleva ya año y medio así. Este choque resultará fundamental para asegurar la clasificación a Brasil de cualquiera de los dos.

La albiceleste es favorita en toda regla. Es favorita porque a pesar de la ola de fútbol asociativo y fluido que ha mostrado Colombia, Argentina tiene a Messi. Y junto con Messi, a Higuaín, a Di María, y al 'Kun'. El partido pinta para ser un: Colombia intentando combinar en el centro, lanzar hacia afuera, y matar por dentro. Eso, con Falcao en el área, Teófilo barriendo, laterales larguísimos, y James en todas partes, está demostrado que da frutos (véase el 4-0 a Uruguay). Pero si a unos metros espera Messi para conducir a toda velocidad, sacarse tres jugadores, y pasar o disparar, la táctica colombiana no resultará tan rentable. A Messi le encanta correr. Ha encontrado esa libertad absoluta cuando viste la camiseta de su país. Ni hablar de Di María e Higuaín. Suficiente es decir que están en el Real Madrid.

Si Colombia está desorganizada en el momento de la pérdida, y no puede hacer presión sobre los lanzadores argentinos (Gago-Mascherano), el panorama para Pékerman se tornará poco favorable. En transición defensiva, la tricolor no ha demostrado estar cómoda. Edwin Valencia lleva tiempo sin jugar, motivo por el cual será suplente casi seguro. Carlos Sánchez es el candidato para acompañar a Aguilar. Ellos deberán estar pendientes de Leo en todas las fases del juego, en especial, corriendo para atrás. Messi en transición ofensiva es un coloso, y es casi un 80-20 lo suyo contra los dos centrocampistas colombianos. Una vez los supere, el astro mirará de frente a Carlos Valdés, y al otro central (¿Amaranto? ¿Aquivaldo? Yepes? ¿Zapata?). Ahí decide si regate o pase. Si es pase, espera Higuaín. Si es regate, dispara y la pegada de este monstruo es indiscutible.

Colombia deberá estar fina en el anticipo, como contra Uruguay. Ese día, Abel y Valencia tomaron cualquier balón dividido, y el equipo seguía atacando. Es arriesgado, pero es una opción. La otra, es que Colombia al contragolpe no va mal. Tiene a James y a Falcao. A estos les gusta correr. Rodríguez está en el Oporto, y el Tigre es el arma más poderosa del Cholo. Macnelly sería el lanzador. Está claro que los centrales argentinos no son Thiago Silva ni Pepe. Algo puede obtener Colombia en una transición ofensiva, pero defenderse en estático de la sociedad Ángel & Messi no es cosa de niños. Es la prueba de fuego para Colombia. Argentina querrá correr contra el trote tricolor. Veremos si Colombia intenta invertir la premisa, o efectivamente trata de seguir por la misma línea. Estadio Monumental. 7:30 p.m. hora Argentina. Dos horas menos en Colombia.





miércoles, 27 de marzo de 2013

Colombia en estático


1-. Farías fue capaz de evidenciar la primera gran falencia de esta Colombia de Pékerman: atacar muy en estático. Ayer, Pékerman por primera vez alineó un solo punta. 4-2-3-1 con James, Macnelly y Cuadrado en la línea de mediapuntas; Abel Aguilar y Edwin Valencia a sus espaldas, y en la zaga: Armero, Valdés, Perea y Zúñiga. Venezuela en 4-4-2 con Rondón como referencia del ataque vinotinto. La ausencia de Teófilo pesaría después.

2-. Venezuela sale a presionar muy arriba, propone un intercambio de golpes en el que los cafeteros probablemente se habrían dado gusto gracias a sus laterales de corte tan ofensivo. El partido se va desarrollando en ese escenario hasta que Venezuela marca, tras un error evitable de Amaranto, y un trallazo de Rondón. Entonces César Farías ordena a sus hombres repliegue. Dos líneas de cuatro muy juntas. Entre esas dos líneas de cuatro, Macnelly Torres se pierde, los venezolanos lo secan, desaparece.

3-. Sin Macnelly, Colombia pierde una pieza fundamental para la puesta en escena de su juego. Es entonces cuando James intenta multiplicarse, y Falcao baja a recibir. Esto genera problemas, pues todo termina en un atasco sin referencia en ataque. Teófilo Gutiérrez, con sus movimientos sin balón, hubiera aportado muchísimo para sacudir y desordenar a las líneas tan férreas de los locales. Además, 'Teo' es un pasador que cumple cuando se le exige.

4-. La circulación de balón en Colombia es constante, pero lenta y uniforme en cuanto a ritmo. Abel, quien a pesar de haber estado en líneas generales, bien, no apretó nunca el acelerador desde su rol de mariscal.  Hasta este punto, no aparece la figura de desequilibrio en Colombia: Cuadrado. Cíchero trabaja muy bien sobre él, y contenerlo como ningún otro lateral había logrado en las eliminatorias. Zúñiga está más mesurado en sus subidas, pues al otro lado del verde, Armero recorre el carril, y tira centros casi sin pensar. Por esto, los 2x1 en la banda derecha tricolor no fueron factor constante del partido.

5-. Pékerman intenta resolver cambiando a Cuadrado hacia la izquierda, pero ese no es su perfil favorito. Lo suyo es regate, línea de fondo y pase con su pierna natural o disparar cruzando al portero si es el caso. Juan Guillermo estaba fundido. El que fue el revulsivo, el arma secreta de José en estas eliminatorias, fue el primer sustituido.

6-. Los locales se sacuden y salen de vez en cuando. Al momento de su salida, Colombia está muy desorganizada en defensa y siente miedo, en especial en las pelotas quietas. Aparece Ospina en repetidas ocasiones, y las piernas de Valdés para evitar la catástrofe colombiana, además del júbilo de la tribuna local.

7-. Las sustituciones no le cambian la cara a Colombia, más allá de alguna jugada puntual, como el balón al larguero de Falcao tras un pase soberbio de Bacca casi con el exterior de su pie. James ya juega en zonas interiores por completo, e intenta mover y agitar con su zurda mágica. El partido prácticamente muere en la jugada en la que Rodríguez rompe las líneas de Venezuela con un pase a Bacca, y este dispara a las manos del portero. En ese momento, todos los asistentes del estadio confirman que el partido está en su bolsillo.

y 8-. El partido termina, y deja la sensación de que Colombia tiene mucho margen de mejora para atacar en estático, y para mover por dentro el balón cuando hay repliegue y presión a los interiores. La tricolor irá a Argentina a jugar un partido definitivo para ambas selecciones. Quien gane, estará a nada del Brasil 2014.

domingo, 24 de marzo de 2013

Cuadrado hiperactivo


1-. Juan Guillermo Cuadrado es un realizador de sueños. El buen momento de la selección Colombia está estrechamente relacionado con su calidad. Contra Bolivia, Cuadrado dio otra exhibición con la elástica tricolor. No sería descabellado decir que él, después de Messi, puede llegar a ser el jugador más desequilibrante (ojo, no el más decisivo, ni el más importante) de la eliminatoria.

2-. Contra Bolivia, sobre el papel, Juan Guillermo partiría como lateral derecho, y Macnelly en la mediapunta, desplazándose desde el perfil diestro hacia zonas interiores. Pékerman sabía, y lo dijo en rueda de prensa, que Bolivia saldría a protegerse, así que Colombia tendría que proponer. A sabiendas de ello, el técnico argentino salió con la formación más frágil defensivamente hablando que se le recuerda con Colombia, (defensa de tres, con Valencia incrustado entre los centrales)  pero con una gran capacidad de someter al rival.

3-. El ataque de Colombia desde el primer momento tiró hacia la derecha. Macnelly no anduvo cerca de la línea de cal derecha en casi todo el encuentro. Quien sí la ocupó prácticamente en su totalidad fue Cuadrado. Arrancaba en la jugada desde atrás y se ponía a la altura de los medios (James-Macnelly-Abel). A partir de ahí, la mayoría de los envíos iban hacia él. Con balón, o se iba de los rivales de manera insultante, o pasaba y corría al espacio. Todo tenía que ver con sus botas.

4-. Falcao fijando arriba, y Cuadrado era amenaza constante por banda. Colombia tenía espacio para transitar y mover por dentro el balón. De ahí vino la primera acción clara (anulada) en la que Macnelly mandó un pase soberbio por encima de la defensa y Teófilo la bajó para que 'el Tigre' rematara de cabeza, como más le gusta. Así transcrurriría el resto del encuentro.

5-. Con Macnelly por dentro, Pékerman decidió que Teófilo pasara a menudo por banda para no dejarla tan descubierta, y ahí Gutiérrez no va mal. Cae bien. El panorama ya estaba sentado. Bolivia no bajó los brazos, y se fue al descanso perdiendo 1-0, resultado que ofrece poca garantía. Una jugada aislada metería a los bolivianos de nuevo en el partido. Sin embargo, algo que se está volviendo rasgo distintivo de la Colombia de Pékerman es su agresividad y efectividad en las segundas partes.

6-. James no brilló en toda la primera parte por cuestiones de planteamiento. Se contenía mientras Cuadrado, desenfrenado, hacía diabluras. Pero en la segunda José le dio más soltura al 10, más libertad, a cambio de contener un poco más a Juan Guillermo, quien sin embargo, siguió eléctrico y peligroso. El dragón invitó a Abel Aguilar a la fiesta, y ambos se juntaron con Macnelly, que ya estaba hace tiempo comprometido con el circuito. Aguilar, James y Macnelly, perfectos en asociación se convirtieron en equilibristas, hilvanando jugadas plásticas en una baldosa.

7-. Con 3-0 en el marcador, Pékerman sacó a James, a Cuadrado y a Macnelly, ovacionados por el Metropolitano. Al banco se fueron los hombres de vértigo y clase, pero entró Pablo Armero, como siempre acelerado y dispuesto a comerse la banda. Y así lo hizo. En el poco tiempo que estuvo sobre el césped, controló casi en línea de fondo un pase de otro sustituto: Aldo Leao Ramírez. Armero centró en velocidad y Falcao no perdonó. 4-0 y el técnico argentino demostrando una vez más que no falla a la hora de sustituir jugadores.

8-. El partido perecía y se sentía un ambiente de satisfacción en el estadio. Otra goleada y una exhibición para la memoria colectiva de las futuras generaciones. Para ponerle la guinda, Aldo envió otro pase al espacio, Armero apareció como una exhalación, y picó el balón en solitario frente al portero para poner el quinto. Casi un calco del 2-0 de España a Italia en la final de la Euro, con definición distinta. Cuadrado, que se había marchado tocado, no dudó para ir a bailar con Armero, mostrando que le sobran energías. Es un hiperactivo, en todo el sentido del término.

y 9-. Colombia promete mucho. Está a las puertas del mundial y en Venezuela tendrá una prueba dura contra un equipo muy aplicado como el vinotinto. Que nadie se deje llevar por los tres goles que recibió de Argentina. Lo que sí es una certeza, es que Pékerman ha creado condiciones óptimas para una selección que combina estrellas y piezas correctas. Nadie puede pensar que Colombia no competirá, seguro.

Foto: El Tiempo.