lunes, 19 de agosto de 2013
Sobre el mediocampo que viene
El FC Barcelona aplastó al Levante, y exhibió, además de fútbol espectacular -de marca registrada blaugrana-, hambre, actitud, ganas y alegría. Los culés tenían ganas de arrancar. El encuentro dejó sensaciones tácticas y psicológicas muy buenas. El rendimiento individual de unos jugadores (Cesc, Alexis, Pedrito, Alves) invita al optimismo, y dio de qué hablar. Por ello, conversamos con Rafa León, conocedor especializado del juego del Barca, sobre lo que puede venir para esta temporada a distinto plazo. El diálogo dejó cosas interesantes. Ahí van:
-¿Ves a Cesc titular en Supercopa con Iniesta?
-Sinceramente, no tengo ni idea. Adriano o Jordi Alba. Xavi o Cesc, y los dos extremos entre Alexis, Pedro y Neymar. Esas son mis dudas.
-Buf, yo veo a Neymar por Pedro y a Jordi por Adriano. Eso para Supercopa. Y luego a Cesc por Xavi.
-Paciencia, hombre. De todas formas, el colectivo está funcionando mejor. Con Alves cerca, piernas frescas, y un rival no tan fuerte como el Atlético, Xavi puede rendir bien.
-Pues sí, pero no sé. Creo que somos los únicos que vemos a Iniesta por Xavi, y Cesc al lado. O por lo menos así espero que sea para cuartos de final de Copa de Europa, si es que el Barcelona llega.
-Qué va. Lo ve mucha gente.
-Yo sí lo que lo veo.
-Es que además, las otras dos piezas clave, o sea Busquets y Messi, cada vez tienen más peso en la elaboración. Los laterales más centrados y con más peso... ni siquiera hace falta que Iniesta se parezca mucho más a Xavi que a sí mismo.
-Hay que afinar, pero sí lo veo. Ayer Cesc intentó 95 pases y completó 86. Xavi 101, de hecho. Alves dio casi 90 pases, y lo mismo Busi. Leo no hizo tantos porque fue sustituido. Pero era el Levante... la idea es alcanzar esas cotas en Champions, considero.
-Lo bueno de lo de ayer (y del Santos, que fue igual) es que sí parece sostenible frente a gigantes. al contrario que el Barcelona que inició arrasando la temporada anterior.
-¿Por qué lo dices? He estado pensando en ello, pero no lo tengo tan claro. Cuéntame.
-Pues el equipo está más junto. Todos presionan. Busquets está más arropado -todos más cerca, en especial laterales-. Extremos que garantizan amplitud y profundidad. El problema puede estar más en las piezas. En ver si con Neymar en vez de Pedro, el rival sigue estando asfixiado, si Jordi Alba se coloca tan bien como Adriano, si Mascherano no sufre contra cualquiera que busque juego directo por su zona, o... si Xavi sigue siendo titular y vuelve a sufrir.
-Lo positivo es que esas cosas se trabajan... excepto por lo último, que ya hay gran debate sobre eso. Ahora ¿qué diferencia ves en el rol de Cesc de la temporada pasada y este que parece muy muy definido?
-Fundamentalmente, dos. Que al estar todos más juntos, la combinación es mejor. La distancia entre líneas es menor, el balón corre más aunque menos vertical, y claro, que ahora sí parece factible quitarle el puesto a Xavi.
-Iniesta la temporada pasada debía bajar y actuar de 'quitapresiones' cuando la cosa se ponía fea. Esta vez, con Iniesta iniciando en el centro del campo, con Cesc al lado, ¿crees que el problema se solventa en buena parte?
-Claro. El problema de que Iniesta bajara era que no había nadie arriba en el puesto que él dejaba. De ahí el atasco central. Ahora estará Neymar.
miércoles, 7 de agosto de 2013
Aires de cambio
Luka, Isco y Marcelo soplan fuerte. Generan un viento que gusta. Que contrasta futbolísticamente con el del último trienio blanco. El actual, de momento, no tiene detractores, pues a todos les encanta esa sensación fresca. Carlo abrió una ventana por la cual entra aire agradable. Propuso tomar el balón, y entregarlo a Modric y a Francisco. El croata, muy móvil, inicia desde atrás, y agita. Su cinésica, su gestualidad corporal y su pie de seda lo hacen todo estético y potente. Isco, por delante, conduce o pasa, o toca y se mueve, o todas juntas. Y cuando quiere, asiste. Marcelo se pone a la altura que quiere. Y va por dentro o por fuera. Es como si no hubiese nadie más. Sólo quiere la pelota, que con ella, es feliz. Mesut, en una parcela más bien alejada del soplo, la pide a veces, y demuestra con acciones que también está.
¿Y dónde quedó Cristiano? Cristiano, para el rival, es esa ráfaga brutal de viento que te deja sentado. Coletazo de huracán. Él no cambiará. Su pegada te deja sentado. Los demás soplan suave, agradan, y cuando Ronaldo aparece, te lleva. Hoy lo sufrió el Chelsea, comandado por aquel que lo inventó al club blue. No serían suficientes dos líneas defendiendo para robar, correr y marcar. Sí logró evidenciar una carencia que Carlo deberá tapar de sus abanicos blancos: la transición defensiva. Con Xabi y Di María, ese aspecto estaba más cubierto, pero ahora, el Real lo apuesta todo a la ofensiva. A soplar suave, y fuerte cuando sea necesario.
Pero el cambio es evidente. Proponer antes que esperar. Mover el cuero más que las piernas. La temporada es larga. Habrá momentos de desespero, y de inducción a la velocidad desbocada. Hoy, desde el inicio de la segunda mitad, hasta el tercer tanto, los blancos se vieron ansiosos, como quien quiere dejar el cigarrillo y sufre síndrome de abstinencia. El Chelsea lo tentó. Sin embargo, la propuesta es clara. Aires de cambio se avecinan por Chamartín. A menos de 10 días del inicio de La Liga, el Madrid gusta, ilusiona como pocas veces en este siglo XXI.
miércoles, 5 de junio de 2013
Carrera albiceleste y trote tricolor
Estadio Monumental de River. El escenario emociona a millones de colombianos, y hace rememorar el momento más latente de la historia del balompié cafetero. 0-5 en 1993. Argentina a repesca, Colombia catapultada hacia Estados Unidos, y en condición de favorita. Los Valderrama, Rincón, Asprilla, Valencia, etc. dibujaban una obra de arte bellísima para el museo del fútbol sudamericano, y la mejor para el de su país. Esto sucedió en el primer 'boom' del amarillo, azul y rojo.
Ahora, en la segunda explosión, propiciada por nada menos que un argentino, y varias estrellas que viven su día a día en el viejo continente, Colombia quiere sacar tajada de tierras albicelestes, custodiadas por Él. Mañana será el duelo.
El partido de este viernes antoja al amante del fútbol. La tricolor de Pékerman se medirá por primera vez, en partido oficial, a una selección históricamente gigante, la cual está en ¿por qué no? su mejor momento, desde que todos se encomendaron a Lío. Esto está ligado lógicamente al gran Messi que nunca había visto Argentina, y que lleva ya año y medio así. Este choque resultará fundamental para asegurar la clasificación a Brasil de cualquiera de los dos.
La albiceleste es favorita en toda regla. Es favorita porque a pesar de la ola de fútbol asociativo y fluido que ha mostrado Colombia, Argentina tiene a Messi. Y junto con Messi, a Higuaín, a Di María, y al 'Kun'. El partido pinta para ser un: Colombia intentando combinar en el centro, lanzar hacia afuera, y matar por dentro. Eso, con Falcao en el área, Teófilo barriendo, laterales larguísimos, y James en todas partes, está demostrado que da frutos (véase el 4-0 a Uruguay). Pero si a unos metros espera Messi para conducir a toda velocidad, sacarse tres jugadores, y pasar o disparar, la táctica colombiana no resultará tan rentable. A Messi le encanta correr. Ha encontrado esa libertad absoluta cuando viste la camiseta de su país. Ni hablar de Di María e Higuaín. Suficiente es decir que están en el Real Madrid.
Si Colombia está desorganizada en el momento de la pérdida, y no puede hacer presión sobre los lanzadores argentinos (Gago-Mascherano), el panorama para Pékerman se tornará poco favorable. En transición defensiva, la tricolor no ha demostrado estar cómoda. Edwin Valencia lleva tiempo sin jugar, motivo por el cual será suplente casi seguro. Carlos Sánchez es el candidato para acompañar a Aguilar. Ellos deberán estar pendientes de Leo en todas las fases del juego, en especial, corriendo para atrás. Messi en transición ofensiva es un coloso, y es casi un 80-20 lo suyo contra los dos centrocampistas colombianos. Una vez los supere, el astro mirará de frente a Carlos Valdés, y al otro central (¿Amaranto? ¿Aquivaldo? Yepes? ¿Zapata?). Ahí decide si regate o pase. Si es pase, espera Higuaín. Si es regate, dispara y la pegada de este monstruo es indiscutible.
Colombia deberá estar fina en el anticipo, como contra Uruguay. Ese día, Abel y Valencia tomaron cualquier balón dividido, y el equipo seguía atacando. Es arriesgado, pero es una opción. La otra, es que Colombia al contragolpe no va mal. Tiene a James y a Falcao. A estos les gusta correr. Rodríguez está en el Oporto, y el Tigre es el arma más poderosa del Cholo. Macnelly sería el lanzador. Está claro que los centrales argentinos no son Thiago Silva ni Pepe. Algo puede obtener Colombia en una transición ofensiva, pero defenderse en estático de la sociedad Ángel & Messi no es cosa de niños. Es la prueba de fuego para Colombia. Argentina querrá correr contra el trote tricolor. Veremos si Colombia intenta invertir la premisa, o efectivamente trata de seguir por la misma línea. Estadio Monumental. 7:30 p.m. hora Argentina. Dos horas menos en Colombia.
Ahora, en la segunda explosión, propiciada por nada menos que un argentino, y varias estrellas que viven su día a día en el viejo continente, Colombia quiere sacar tajada de tierras albicelestes, custodiadas por Él. Mañana será el duelo.
El partido de este viernes antoja al amante del fútbol. La tricolor de Pékerman se medirá por primera vez, en partido oficial, a una selección históricamente gigante, la cual está en ¿por qué no? su mejor momento, desde que todos se encomendaron a Lío. Esto está ligado lógicamente al gran Messi que nunca había visto Argentina, y que lleva ya año y medio así. Este choque resultará fundamental para asegurar la clasificación a Brasil de cualquiera de los dos.
La albiceleste es favorita en toda regla. Es favorita porque a pesar de la ola de fútbol asociativo y fluido que ha mostrado Colombia, Argentina tiene a Messi. Y junto con Messi, a Higuaín, a Di María, y al 'Kun'. El partido pinta para ser un: Colombia intentando combinar en el centro, lanzar hacia afuera, y matar por dentro. Eso, con Falcao en el área, Teófilo barriendo, laterales larguísimos, y James en todas partes, está demostrado que da frutos (véase el 4-0 a Uruguay). Pero si a unos metros espera Messi para conducir a toda velocidad, sacarse tres jugadores, y pasar o disparar, la táctica colombiana no resultará tan rentable. A Messi le encanta correr. Ha encontrado esa libertad absoluta cuando viste la camiseta de su país. Ni hablar de Di María e Higuaín. Suficiente es decir que están en el Real Madrid.
Si Colombia está desorganizada en el momento de la pérdida, y no puede hacer presión sobre los lanzadores argentinos (Gago-Mascherano), el panorama para Pékerman se tornará poco favorable. En transición defensiva, la tricolor no ha demostrado estar cómoda. Edwin Valencia lleva tiempo sin jugar, motivo por el cual será suplente casi seguro. Carlos Sánchez es el candidato para acompañar a Aguilar. Ellos deberán estar pendientes de Leo en todas las fases del juego, en especial, corriendo para atrás. Messi en transición ofensiva es un coloso, y es casi un 80-20 lo suyo contra los dos centrocampistas colombianos. Una vez los supere, el astro mirará de frente a Carlos Valdés, y al otro central (¿Amaranto? ¿Aquivaldo? Yepes? ¿Zapata?). Ahí decide si regate o pase. Si es pase, espera Higuaín. Si es regate, dispara y la pegada de este monstruo es indiscutible.
Colombia deberá estar fina en el anticipo, como contra Uruguay. Ese día, Abel y Valencia tomaron cualquier balón dividido, y el equipo seguía atacando. Es arriesgado, pero es una opción. La otra, es que Colombia al contragolpe no va mal. Tiene a James y a Falcao. A estos les gusta correr. Rodríguez está en el Oporto, y el Tigre es el arma más poderosa del Cholo. Macnelly sería el lanzador. Está claro que los centrales argentinos no son Thiago Silva ni Pepe. Algo puede obtener Colombia en una transición ofensiva, pero defenderse en estático de la sociedad Ángel & Messi no es cosa de niños. Es la prueba de fuego para Colombia. Argentina querrá correr contra el trote tricolor. Veremos si Colombia intenta invertir la premisa, o efectivamente trata de seguir por la misma línea. Estadio Monumental. 7:30 p.m. hora Argentina. Dos horas menos en Colombia.
miércoles, 27 de marzo de 2013
Colombia en estático
1-. Farías fue capaz de evidenciar la primera gran falencia de esta Colombia de Pékerman: atacar muy en estático. Ayer, Pékerman por primera vez alineó un solo punta. 4-2-3-1 con James, Macnelly y Cuadrado en la línea de mediapuntas; Abel Aguilar y Edwin Valencia a sus espaldas, y en la zaga: Armero, Valdés, Perea y Zúñiga. Venezuela en 4-4-2 con Rondón como referencia del ataque vinotinto. La ausencia de Teófilo pesaría después.
2-. Venezuela sale a presionar muy arriba, propone un intercambio de golpes en el que los cafeteros probablemente se habrían dado gusto gracias a sus laterales de corte tan ofensivo. El partido se va desarrollando en ese escenario hasta que Venezuela marca, tras un error evitable de Amaranto, y un trallazo de Rondón. Entonces César Farías ordena a sus hombres repliegue. Dos líneas de cuatro muy juntas. Entre esas dos líneas de cuatro, Macnelly Torres se pierde, los venezolanos lo secan, desaparece.
3-. Sin Macnelly, Colombia pierde una pieza fundamental para la puesta en escena de su juego. Es entonces cuando James intenta multiplicarse, y Falcao baja a recibir. Esto genera problemas, pues todo termina en un atasco sin referencia en ataque. Teófilo Gutiérrez, con sus movimientos sin balón, hubiera aportado muchísimo para sacudir y desordenar a las líneas tan férreas de los locales. Además, 'Teo' es un pasador que cumple cuando se le exige.
4-. La circulación de balón en Colombia es constante, pero lenta y uniforme en cuanto a ritmo. Abel, quien a pesar de haber estado en líneas generales, bien, no apretó nunca el acelerador desde su rol de mariscal. Hasta este punto, no aparece la figura de desequilibrio en Colombia: Cuadrado. Cíchero trabaja muy bien sobre él, y contenerlo como ningún otro lateral había logrado en las eliminatorias. Zúñiga está más mesurado en sus subidas, pues al otro lado del verde, Armero recorre el carril, y tira centros casi sin pensar. Por esto, los 2x1 en la banda derecha tricolor no fueron factor constante del partido.
5-. Pékerman intenta resolver cambiando a Cuadrado hacia la izquierda, pero ese no es su perfil favorito. Lo suyo es regate, línea de fondo y pase con su pierna natural o disparar cruzando al portero si es el caso. Juan Guillermo estaba fundido. El que fue el revulsivo, el arma secreta de José en estas eliminatorias, fue el primer sustituido.
6-. Los locales se sacuden y salen de vez en cuando. Al momento de su salida, Colombia está muy desorganizada en defensa y siente miedo, en especial en las pelotas quietas. Aparece Ospina en repetidas ocasiones, y las piernas de Valdés para evitar la catástrofe colombiana, además del júbilo de la tribuna local.
7-. Las sustituciones no le cambian la cara a Colombia, más allá de alguna jugada puntual, como el balón al larguero de Falcao tras un pase soberbio de Bacca casi con el exterior de su pie. James ya juega en zonas interiores por completo, e intenta mover y agitar con su zurda mágica. El partido prácticamente muere en la jugada en la que Rodríguez rompe las líneas de Venezuela con un pase a Bacca, y este dispara a las manos del portero. En ese momento, todos los asistentes del estadio confirman que el partido está en su bolsillo.
y 8-. El partido termina, y deja la sensación de que Colombia tiene mucho margen de mejora para atacar en estático, y para mover por dentro el balón cuando hay repliegue y presión a los interiores. La tricolor irá a Argentina a jugar un partido definitivo para ambas selecciones. Quien gane, estará a nada del Brasil 2014.
domingo, 24 de marzo de 2013
Cuadrado hiperactivo
1-. Juan Guillermo Cuadrado es un realizador de sueños. El buen momento de la selección Colombia está estrechamente relacionado con su calidad. Contra Bolivia, Cuadrado dio otra exhibición con la elástica tricolor. No sería descabellado decir que él, después de Messi, puede llegar a ser el jugador más desequilibrante (ojo, no el más decisivo, ni el más importante) de la eliminatoria.
2-. Contra Bolivia, sobre el papel, Juan Guillermo partiría como lateral derecho, y Macnelly en la mediapunta, desplazándose desde el perfil diestro hacia zonas interiores. Pékerman sabía, y lo dijo en rueda de prensa, que Bolivia saldría a protegerse, así que Colombia tendría que proponer. A sabiendas de ello, el técnico argentino salió con la formación más frágil defensivamente hablando que se le recuerda con Colombia, (defensa de tres, con Valencia incrustado entre los centrales) pero con una gran capacidad de someter al rival.
3-. El ataque de Colombia desde el primer momento tiró hacia la derecha. Macnelly no anduvo cerca de la línea de cal derecha en casi todo el encuentro. Quien sí la ocupó prácticamente en su totalidad fue Cuadrado. Arrancaba en la jugada desde atrás y se ponía a la altura de los medios (James-Macnelly-Abel). A partir de ahí, la mayoría de los envíos iban hacia él. Con balón, o se iba de los rivales de manera insultante, o pasaba y corría al espacio. Todo tenía que ver con sus botas.
4-. Falcao fijando arriba, y Cuadrado era amenaza constante por banda. Colombia tenía espacio para transitar y mover por dentro el balón. De ahí vino la primera acción clara (anulada) en la que Macnelly mandó un pase soberbio por encima de la defensa y Teófilo la bajó para que 'el Tigre' rematara de cabeza, como más le gusta. Así transcrurriría el resto del encuentro.
5-. Con Macnelly por dentro, Pékerman decidió que Teófilo pasara a menudo por banda para no dejarla tan descubierta, y ahí Gutiérrez no va mal. Cae bien. El panorama ya estaba sentado. Bolivia no bajó los brazos, y se fue al descanso perdiendo 1-0, resultado que ofrece poca garantía. Una jugada aislada metería a los bolivianos de nuevo en el partido. Sin embargo, algo que se está volviendo rasgo distintivo de la Colombia de Pékerman es su agresividad y efectividad en las segundas partes.
6-. James no brilló en toda la primera parte por cuestiones de planteamiento. Se contenía mientras Cuadrado, desenfrenado, hacía diabluras. Pero en la segunda José le dio más soltura al 10, más libertad, a cambio de contener un poco más a Juan Guillermo, quien sin embargo, siguió eléctrico y peligroso. El dragón invitó a Abel Aguilar a la fiesta, y ambos se juntaron con Macnelly, que ya estaba hace tiempo comprometido con el circuito. Aguilar, James y Macnelly, perfectos en asociación se convirtieron en equilibristas, hilvanando jugadas plásticas en una baldosa.
7-. Con 3-0 en el marcador, Pékerman sacó a James, a Cuadrado y a Macnelly, ovacionados por el Metropolitano. Al banco se fueron los hombres de vértigo y clase, pero entró Pablo Armero, como siempre acelerado y dispuesto a comerse la banda. Y así lo hizo. En el poco tiempo que estuvo sobre el césped, controló casi en línea de fondo un pase de otro sustituto: Aldo Leao Ramírez. Armero centró en velocidad y Falcao no perdonó. 4-0 y el técnico argentino demostrando una vez más que no falla a la hora de sustituir jugadores.
8-. El partido perecía y se sentía un ambiente de satisfacción en el estadio. Otra goleada y una exhibición para la memoria colectiva de las futuras generaciones. Para ponerle la guinda, Aldo envió otro pase al espacio, Armero apareció como una exhalación, y picó el balón en solitario frente al portero para poner el quinto. Casi un calco del 2-0 de España a Italia en la final de la Euro, con definición distinta. Cuadrado, que se había marchado tocado, no dudó para ir a bailar con Armero, mostrando que le sobran energías. Es un hiperactivo, en todo el sentido del término.
y 9-. Colombia promete mucho. Está a las puertas del mundial y en Venezuela tendrá una prueba dura contra un equipo muy aplicado como el vinotinto. Que nadie se deje llevar por los tres goles que recibió de Argentina. Lo que sí es una certeza, es que Pékerman ha creado condiciones óptimas para una selección que combina estrellas y piezas correctas. Nadie puede pensar que Colombia no competirá, seguro.
Foto: El Tiempo.
lunes, 28 de enero de 2013
Quintero, Teo y Brasil
Si se le pregunta a cualquiera en Colombia, Sudamérica, y quizás el mundo entero del fútbol, qué es lo primero que viene a la cabeza sobre la selección 'cafetera' Sub-20, que hace pocos días clasificó al próximo mundial juvenil en Turquía, te dirá "Juan Fernando Quintero". Él es de los jugadores que cada vez escasean más en un fútbol rocoso, físico y veloz, en el que equipos como el Barcelona es vanguardista. Un trequartista hasta la médula. Un talento que pide balón y lo pasa con acierto en menos de un segundo (en corto y en largo), y con capacidad de inventiva, además. Una perla que tiene un futuro brillante. Aquel que detrás de un jugador como el Tigre, se sentiría feliz.
Hoy por hoy, Pékerman, de gran labor en una selección hambrienta de la grandeza de antaño, debería al menos cuestionarse acerca de su 4-2-2-2 teniendo un recurso como 'Juanfer', y más porque entraría en lugar de Teófilo, para pasar a un 4-2-3-1. Quintero es un '10' nato. Y con él en el equipo se tendría gran cantidad de variantes sobre el césped.
La Colombia más vertiginosa de Pékerman se vio ante Paraguay, cuando José sacó a Aldo Leao para dar entrada a un jugador tan explosivo como Cuadrado. Sustitución de impacto. Imaginar por un momento a esa selección, con Juan Fernando por Teófilo, no es difícil. El más brillante de los dragones, James Rodríguez, acompañado en la línea de mediapuntas por Quintero y Cuadrado. Da miedo de sólo pensarlo. El doble pivote estaría formado por Edwin Valencia, perfecto desde el 4-0 a Uruguay, acompañado por el 'mariscal' Abel Aguilar, quien ha mostrado un nivel superlativo en los últimos encuentros con los colores de la selección. Complementariedad ahí. Macnelly quedaría como una variante para optar por control, y reducir el vértigo del juego. Sobre Guarín, aunque esté en un punto de forma bueno en el Inter, no es tenido en cuenta por Pékerman. Es de los jugadores que dejó luego de Ecuador, así como Dorlan Pabón.
Colombia trataría mucho mejor la pelota (Si bien, ya lo hace de manera notable. La garra charrúa no fue nada contra los pies colombianos), con Juan Fernando. Teófilo, quien a pesar de marcar, marra varias ocasiones por partido, funciona como 'hombre boya' para el juego directo cuando Radamel no puede hacerlo. Más allá de eso, el hombre del Cruz Azul no da efectivos para estar sobre la gran figura de Quintero.
¿Se perdería potencial anotador? No, si lo vemos desde las diagonales de James con y sin balón. Rodríguez, al tirar una diagonal, sería opción de pase para un asistidor excelso como Juan Fernando. Cuadrado, a pesar de no tener tal capacidad tan desarrollada, también es una alternativa. Y la punta de lanza, Falcao, se daría gusto con los postres enviados por el repostero de la Sub-20, hasta quedar en verdad gordo. Otro detalle a resaltar es la asociación que pueden tener James y 'Juanfer' en la mitad, teniendo en cuenta que el primero pica hacia el interior dejando el carril para Armero.
La edad no es inconveniente. Basta con hacer memoria del Mundial Sub-20 que tuvo como sede a la mismísima Colombia. Luego de ese certamen, James dio el salto hacia la selección de mayores, y con nota. Pocos olvidarán su partido en La Paz, en el que terminó sin poder tomar una bocanada de aire. En el hipotético caso de que Colombia clasifique al mundial, Juan Fernando llegaría a Brasil con 21 años. Edad adecuada.
Son muchas las posibilidades para una misión aún por cumplir, la cual no parece ya tan imposible, y que ilumina los ojos de millones de colombianos. Juanfer llama a puerta, Teófilo se cuestiona y Brasil espera.
-Foto: El Tiempo.
miércoles, 23 de enero de 2013
El dios del fútbol
En el fútbol hay una especie de deidad. No es el 'Rey' Pelé, como cuando los monarcas tenían una supuesta investidura divina. Tampoco es Maradona, (por quien hasta se creó iglesia), mucho menos Messi, a quien todavía le falta mucho camino por recorrer. No es ningún jugador que haya pisado el césped. No es ni siquiera una persona. Es algo que está ahí.
Se habla del dios del fútbol cuando ocurren milagros, remontadas épicas, (como las del Madrid de Juanito. Vaya que sí tenían al dios del fútbol de su lado), goles espectaculares, jugadas que erizan, y esos tantos sobre la hora. Cosas capaces de hacer levantar a todos en un estadio, y de hacer estallar de euforia a millones de personas.
Es particular. Él te devuelve todo lo que le das. Tarde o temprano, pero lo hace. No hay prueba más grande que el Chelsea. Recibió una bendición el día que ese ruso tan fanático apostó por él, e inyectó dinero a sus arcas. A partir de ahí, se configuró una columna vertebral que fue más allá de todo lo que se dice de los equipos que reciben petrodólares. Cech, Terry, Lampard y Didier Drogba. De la mano de un portugués que nunca vistió de corto, capaz de arreglar cualquier cosa, ganar convenciendo y cegar multitudes, avasallaron en las islas británicas. Más allá de Inglaterra, se quedaron cortos. El ruso y el portugués no terminaron de compenetrar nunca, y esto terminó con la salida del último.
Muchos intentaron tomar las riendas de los 'blues' de Londres para buscar lo que no encontró el ibérico. Hasta seis hombres intentaron encontrar ese Santo Grial en tierras europeas tan codiciado por el dueño del aviso. Una vez, lo vieron más cerca que nunca contra unos rojos en tierras moscovitas. Pero la lluvia, que hizo resbalar a John, y un holandés de nariz grande evitaron que lo tomaran.
El año siguiente, estuvieron a un minuto de tener la oportunidad de verla otra vez, pero esta vez el dios del fútbol bajó a Stamford Bridge no para ellos, sino para Andrés, quien tuvo al dios de su lado. Pasó un tiempo y se encontraron otra vez con Iniesta, Messi y su banda, tras remontar milagrosamente a los napolitanos, y luego con Arjen, Phillip y Franck en su propio territorio. No se recuerda tal destrucción práctica de la estética del deporte como en esos tres enfrentamientos. Con resultados, pero despiadada en exceso. El dios consintió en su hacer, poniendo travesaños, postes y manos milagrosas donde iba un balón bien dirigido, y vistiendo de héroe a Drogba, quien quedará en la memoria de muchos como el único hombre capaz de ganar una Champions por sí mismo. Pero hasta ahí llegaría su obra con el Chelsea. Les dio lo que un día merecieron, y que a partir de ahí, dejarían de merecer.
Al obtener la copa, se ganaron el derecho a jugar por dos más. El tigre, de tres zarpazos en el césped de Mónaco, los mandó a casa heridos. Unos meses después, en Japón, el Corinthians aplastó su sueño de ratificar la copa que tanto buscaron. Y antes de todo esto, perdieron el choque por el escudo de la comunidad contra los Ciudadanos.
Ahora nada pinta esperanzador en el centro de Londres. La afición contra su entrenador, eliminados de la competición fetiche (y de la cual son campeones), el inminente término de la edad de la vieja guardia, una plantilla que no sabe hacia dónde ir, fichajes que parece no arreglarán algo y una proyección nula en todas las competiciones en las que aún están. Quizás el dios del fútbol vuelva por el barrio Chelsea, o quizás no. Por ahora todo huele a debacle incontrolable.
Foto: ABC.es
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